Si por algo es conocida Asturias gastronómicante a parte de su fabada y multitud de quesos con denominación de origen entre los que destaca el Cabrales, es por la sidra.

Aunque existen otras regiones donde la sidra tiene cierta relevancia podemos decir que es en Asturias donde alcanza toda su excelencia este néctar extraído de la manzana y es que desde el cultivo de la manzana hasta el arte del escanciado pasado por su proceso de elaboración en los llagares podemos decir sin ruborizarnos que la cultura sidrera es una de nuestras seña de identidad.

A ciencia cierta mi amigo José María Osoro que en su día fue gerente de la Mesa Interprofesional de la Manzana y la Sidra así como Presidente de la Asociación de Lagareros podría dar una clase magistral pero como yo no me considero ningún erudito en la materia y con el riesgo de meter la pata dejaré a vuestra inquietud la búsqueda de más información sobre este apasionante mundo que cada vez va ganando más adeptos, en parte por alguna de las iniciativas de promoción que conciernen al título de este artículo.

En lo personal he de comentaros que aún no siendo un excelso consumidor, con los años he ido aumentando las veces que la disfruto, a menudo siendo ingrediente de mis platos y en ello ha influido mucho el fabricante de cometas Eolo que tuvo el gran acierto comercial de fabricar unos escanciadores automáticos que se pueden tener en casa y que al no ensuciar permiten disfrutar de unas cuantas botellinas al año.

La imagen de las sidrerías llenas de serrin, con ese olor penetrante de la sidra fermentada se ha mitigado mucho conforme han ido pasando los años con las restricciones legislativas reguladoras. Ante la necesidad, el ingenio brota y pasamos de los chisqueros al tapón llegando al escanciador automático, un artilugio que facilita mucho la labor de camareros y clientes.

Mi relación con la sidra me viene desde pequeño, recuerdo ayudar a mi padre recogiendo sacos de manzana para sacarme unos duros, se podría decir que este fue mi primer trabajo remunerado y con el que tomé conciencia de la frase «te ganaras el pan con el sudor de tu frente». Un trabajo, el de recolector que resulta bien duro pero que te hace valorar el producto final y sentir que has sido parte del proceso. No hay mejor manera de aprender que jugando y así es como aprendí a escanciar con botellas de sidra llenas de agua, quería emular a mi padre en aquellos días que después de plantar un árbol o levantar media finca con la fesoria buscando la madriguera de un topo cabrón, disfrutábamos de unas botellas a la sombra del manzano comiendo unos kilos de oricios.

La Asociación de Hosteleros de la calle Gascona es una asociación sin animo de lucro que se constituyo en 1998 y que se encarga de potenciar y promocionar el consumo de sidra como imagen de marca http://www.sidreriasgascona.com Con iniciativas como La Preba, el amagüestu de castañas, promoción de quesos asturianos, un concurso de pintura y el más reciente certamen de cantares de chigre se encargan de dinamizar una calle que se ha convertido en referente para los asturianos y para todos aquellos que nos visitan siendo un lugar de obligado peregrinaje para todos los que quieren disfrutar de nuestra cultura.

Muchas sidrerias nuevas han nacido al abrigo de las más históricas y el Bulevar de Gascona probablemente sea el lugar de Asturias donde más hay por metro cuadrado aunque en unos 500mts a la redonda podemos encontrar clásicos como el Muñiz en la calle La Lila, El Ovetense en la calle San Juan y las más nuevas de la calle peatonal Los Avellanos.

No quiero dejar pasar la oportunidad de hacer una mención especial para el desaparecido Marchica, que frente a la iglesia de San Juan hizo las delicias de los ovetenses que ya tenemos cierta edad y donde dice mi madre que con ocho meses yo ya comia miga de pan mojada en la salsa de las almejas a la marinera.

¿Que podemos encontrarnos en Gascona?, creo que a estas alturas ya lo tendréis claro, no?. Sidra a raudales, terrazas donde haga sol o llueva a mares podréis disfrutar de los mejores culines (de esos también hay) pero me refiero a los de beber, profesionales del escanciado o turistas que hacen sus pinitos para inmortalizar el recuerdo de su paso por Asturias y que beben a sorbitos como si fuese un vino hasta que alguien les explica que se bebe del tirón dejando un poco que tiraremos al suelo para limpiar el vaso que se suele compartir.

No es la sidra bebida amable con el estomago a pesar de su baja graduación alcohólica, ha de acompañarse con algo de comida y en cualquiera de las sidrerías sirven raciones de calamares, chorizos a la sidra, pimientos del Padrón, lacón, pulpo, parrochas, pollo al ajillo, callos, tablas de queso….etc con los que disfrutar mejor de esta bebida.

Si lo que buscamos es una comida o cena más contundente también lo tenemos en las sidrerías, eso sí, olvidémonos del postureo más propio de gastro bares o restaurantes, aquí hay barullo y del bueno, conversaciones que superan los decibelios permitidos, y es que la sidra cuando más se disfruta es en compañía. Mariscos, arroces, chuletones, pescados cocinados de diez maneras diferentes, cachopos…..etc. no defraudarán al comensal.

Para terminar me gustaría desmitificar la creencia de que aquí en cuanto bebemos un poco más de la cuenta acabamos cantando el Asturias Patria Querida, no amigos, eso son como las meigas que no existen pero haberlas haylas. Y ya que menciono un dicho de nuestros apreciados vecinos gallegos os recuerdo, ¡¡¡¡¡¡SIDRINA!!!!!!! nunca SIDRIÑA, la Ñ queda para nuestra selección de baloncesto ÑBA.