La Parrera – C/ Niembro s/n – Llanes Tlf: 985 407 561
Asturias, Paraíso Natural, nunca nadie pudo tener mejor acierto en la creación de una marca como en 1985 el catalán Arcadi Moradell y es que bien han tardado los gobernantes de nuestra región en darse cuenta de las excelencias y potencial de nuestra tierra como destino turístico de calidad.
Los que vivimos en ella no somos ajenos pero siempre viene bien cuando algún amigo foráneo nos visita y nos recuerda lo privilegiados que somos, momento en el que sacamos pecho y desplegamos toda nuestra hospitalidad y grandonismo.
Nuestro Príncipe de Asturias se convierte en Rey y por Reina tendremos a una asturiana, qué poco partido le hemos sacado a esto si lo comparamos con el Principado de Mónaco, su Baile de la Rosa y Premios Laureus son más conocidos que nuestros Premios Príncipe de los cuales habría muchas que cambiar para que nos tomaran un poco más en serio. No es aceptable que un galardonado como Bob Dylan no se digne a venir a recoger el premio, debería ser imperativo que el premiado este presente.
El fin de semana me escapé con unos amigos a celebrar en su casa una de nuestras cenas mensuales, siempre es un placer estar con los amigos pero mucho más si te encuentras en el Oriente asturiano donde se aúnan a la perfección la belleza del mar y montaña.
Como de costumbre el hombre del tiempo no dio ni una, la lluvia sería nuestro único acompañante durante el fin de semana pero como dicen en el slogan de Media Markt, «Yo no soy tonto» y si muy precavido por lo que mi kit de playa nunca puede faltar en cualquier desplazamiento costero.
Amaneció el sábado espectacular y tardé cero coma en ponerme el bañador y dirigirme a una de sus bellas playas. En unos diez minutos desde Piñeres de Pría me encontraba en Niembro (Llanes), la primera opción fue Torimbia pero como no sabía si la marea subía o no decidí ahorrarme el paseo caminando y acercarme a Toranda.
Cuando os hablaba del Paraíso Natural esta es una de las razones, llegar a finales de mayo a una playa vacía y sentirte con Robinson Crusoe. Arena fina, vistas inmejorables, un poco de música, un baño reparador en las frescas aguas cantábricas, ¿que más podía pedir?.
Me daba por satisfecho con lo que tenía, que no era poco pero una pareja de mis amigos había salido a caminar y coincidió que en un cambio de canción pude escuchar el móvil. Me uní a ellos para tomar el vermú y a lo tonto sin haberlo planeado acabé de carabina comiendo con ellos, el lugar propuesto por cercanía fue La Parrera.
Esta a 50mts. del pueblo y a unos 200mts. de la preciosa iglesia que con marea alta se ve de esta manera. Me anunciaron que lo fundamental en La Parrera es darle al marisco y como persona educada y acoplada a tal menester no puse objeción alguna, para la dieta siempre viene bien.
Comimos en un agradable comedor exterior, una galería acristalada muy luminosa. Me deje llevar y mis amigos tomaron las riendas de la comanda, la indecisión entre centollo y bogavante tuvo fácil solución, ambos.
Como en cualquier marisquería que se precie se encargaron previamente de hacer las presentaciones por si el tamaño no era de nuestro agrado.
Mientras el marisco se cocía nos entretuvimos con unos ricos bocartes.
El primero en llegar fue el centollo, un buen ejemplar de 1,5kgs, muy fresco y sabroso, vaya diferencia con los que compro de importación en el supermercado aunque cada cosa en su sitio, ya os comente que esos franceses están bastante bien, sin demasiadas pretensiones, como único objetivo de entretenimiento y beber una botella de sidra. Este es otra cosa, calidad, potencia de sabor…..vamos un centollo como Dios manda.
Después llego el bogavante azul, una preciosidad, hasta me dio pena pero……..me duro un segundo. A la plancha el marisco es una delicia y este ejemplar de 1,1kgs no podía ser menos, jugoso, prieto, sabroso, babeo solo con recordarlo.
Continuamos con unos calamares en tinta, estaban buenos pero después del festín marisquero aunque eran de buena calidad y manufactura cualquier cosa que hubiésemos pedido siempre estaría un peldaño por debajo del excelente marisco que podéis degustar el La Parrera.
Para rematar una tarta al whisky compartida, nada nuevo en el horizonte pero ideal para rematar una comida inesperada y sorprendente. Sin duda La Parrera estará dentro de mis opciones la próxima vez que visite la zona aunque me da la sensación que este descubrimiento particular es algo que mucha gente ya sabrá y en verano será complicado conseguir mesa.
Vaya manera que has elegido hoy de ponernos los dientes largos. A la buena comida, unes esos paradisíacos paisajes…..¡Que voy a rayar la mesa!
Decidido. La próxima escapada sera a Asturias.
Me gustaMe gusta
Jajaja Nany, me alegro que ademas de la comida te guste mi tierra, la verdad es que no tiene desperdicio.
Me gustaMe gusta
Querido Juan, un pecado no probar les verdines con marisco de La Parrera. Te las recomiendo.
Me gustaMe gusta
Dario, gracias por la recomendación, la próxima vez que vaya seguiré tu consejo, me quedo con la copla 😉
Me gustaMe gusta