«Animal!!!!!, eso es como hacer unas albóndigas con solomillo», fue lo que me dijo un buen amigo cuando le conté que había hecho un rollo de bonito con ventresca. No puedo discrepar más, si algo aprendí de mi madre hace muchísimos años es que con un mal vino en un guiso alcanzaremos la mediocridad y con uno bueno la excelencia.

Había comprado una ventresca de 1,3kgs con la idea de hacer dos recetas, para la primera como recordareis me limité a hacer la mitad a la plancha, supuestamente y acorde a la visión de mi amigo la única y correcta forma de disfrutar de la ventresca. Para la otra mitad pensé en hacer un plato muy asturiano, el rollo de bonito o bonito en rollo, como prefiráis. ¿Por qué no usar ventresca?, en todos mis platos busco la excelencia (unas veces lo conseguiré y otras no pero nadie me podrá acusar de no intentarlo), mi rollo debía ser el mejor que haya probado nunca, el más original, el más jugoso, el más sabroso, y para ello no escatimo recursos ni esfuerzos.

A fecha de escribir este artículo y por casualidades de la vida pensando en la redacción me vino a la mente el famoso discurso I Have a Dream de Martin Luther King, Jr., buscando información averiguo que lo pronunció tal día como hoy hace 51 años, un 28 de agosto de 1963. Pues bien, yo he tenido un sueño en el que fusionaba mi tierra con Asia y así surgió esta receta asiastur, bonito del norte, algas y jengibre. Sueño que un día veré mis recetas publicadas en un libro y como escribió Calderón de la Barca

 «¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción;

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.»

El resultado ha sido muy satisfactorio, la ventresca le ha dado una jugosidad increíble y la combinación de las algas ha potenciado que no enmascarado ese sabor a mar que tienen los pescados azules. Por otro lado veréis que lo acompaño de una salsa de tomate verde, aquella que había utilizado para la empanada verde y tal como os decía una vez triturada alcanza una tonalidad verde bastante potente.

Ingredientes:

1/2 ventresca, 1 cebolla, , 2 dientes de ajo, jengibre fresco, jengibre laminado, alga wakame, 2 huevos, pan rallado, harina, aceite de oliva virgen extra, sal y un chorrito de vino blanco.

Primeramente picaremos muy fina la carne de la ventresca, paralelamente pondremos las algas en agua fría con un poco de sal para hidratar unos 5 minutos. Pelamos y picamos en una brunoise fina la cebolla, ajos, laminas de jengibre y algas. Pelamos el jengibre y rallamos.

En una pota baja con un poco de aceite pochamos lentamente sin que se dore la cebolla y el ajo, cuando esté un poco transparente añadimos el jengibre rallado y las algas picadas muy finas, echamos una pizca de sal y seguimos pochando, cuando casi esté listo ponemos un chorrito de vino blanco, subimos el fuego para que evapore el alcohol y retiramos del fuego dejando enfriar a temperatura ambiente durante unos 15 minutos.

Una vez atemperado el pochado de algas, en un bowl ponemos las migas de ventresca, el ajo y jengibre picado, un huevo, las algas, una pizca de sal y mezclamos, incorporaremos el pan rallado poco a poco hasta que se forme una masa consistente y moldeable. Refrigeramos para que nos sea más fácil la labor de rebozo, formamos en este caso un par de rollos, pasamos por un huevo batido y un poco de harina, freímos en no demasiado aceite para sellar que es el punto suficiente en el que el bonito estará hecho. Envolvemos en film transparente y enfriamos en la nevera para que compacte bien y después sea más fácil cortar las rodajas.

En una pota baja ponemos a calentar nuestra salsa de tomate (podéis buscar la receta publicada de salsa de tomate verde), os adjunto las fotos para ilustrar el proceso. Metemos nuestro rollo para calentar, ponemos la tapa para que coja temperatura.

Yo he preparado dos formatos de presentación, me había sobrado parte del pochado y lo incorporé a la salsa de tomate en el formato rollo completo. Otra formula más visual y fina sería hacerlo solo con la salsa de tomate y con las rodajas de ración ya cortadas, todo depende de la formalidad que queráis dar a este plato.