Dentro de mi poco arte con los postres he aprovechado que estamos en temporada de higos para subirme a la higuera y elaborar uno muy sencillo y sabroso. Aunque podamos disfrutar todo el año de higos secos o en almibar nada tienen que ver con los naturales, una fruta que dura muy poco y que no podéis dejar pasar la ocasión para daros un buen atracón.

Los mejores higos son aquellos que tienen mala pinta, sobre todo esos que están picados por los pájaros, parecen de Mediamarkt, «no son tontos». Guardo en mi memoria momentos maravillosos en la higuera que teníamos en la casa de Santa Marina de Piedramuelle, la escalera se me quedaba pequeña y tenía que trepar por las ramas para alcanzar los más difíciles, todo un ejercicio propio del funambulista recolector que no se contenta con lo fácil.

Me sobraba una granada de una ensalada y rápidamente pergeñé el diseño de un postre diferente y atractivo, las frutas empleadas tienen mucho sabor y su bello colorido es innegable. Realmente quería el continente de la granada así que algo había que hacer con su fruto y pensé en una gelatina.

El resultado habla por si solo, hasta me dio pena comérmelo.

Ingredientes:

1 granada, 1/2 kilo de higos, 200ml de nata para montar, 200grs de frambuesas, 1 lamina de gelatina, azúcar.

Primeramente cortamos la granada como si le dejásemos un sombrero que conservaremos a efecto de una presentación más efectista, la desgranamos golpeando con una cuchara de madera con si de los azotes a un recién nacido se tratase. Procuramos eliminar toda la parte blanca. Trituramos y colamos para obtener un zumo que calentaremos y añadiremos una placa de gelatina bien escurrida tras haberla tenido sumergida en agua unos 10 minutos. Removemos unos 5 minutos hasta que diluya por completo. Dependiendo de las cantidades seguimos las instrucciones del fabricante, recomienda 3 láminas para 250ml así que utilicé una para mis 8oml de zumo. Refrigeramos durante unas horas.

Hacemos el mismo proceso de triturado y colado con las frambuesas, añadimos un poco de azúcar, removemos y reservamos.

Para sacar la pulpa de los higos nos valemos de una cucharilla de cafe y nos quedamos con la parte más rojiza, dependiendo de su dulzura añadimos más o menos azúcar a la nata que montemos. Sacamos la nata y mezclamos suavemente con la espátula y rellenamos la granada.

Desmoldamos la gelatina y cortamos unos cuadrados. Ponemos una base de zumo de frambuesa, colocamos la granada rellena con la tapa, distribuimos los cubos de granada y decoramos con unas frambuesas y unas hojas de hierbabuena.