Kaisen Sushi Bar –  C/ Real Oviedo, 8 Bajo – Oviedo    Tlf: 984 046 622

Hay acontecimientos que por su relevancia adquieren un protagonismo ineludible y en esta ocasión me permito alterar el orden de edición de un artículo publicado.

El pasado viernes 25 de septiembre de 2015, el Kaisen comenzaba una nueva etapa. Han cambiado de local, crecen, y lo hacen por la puerta grande. Para los que conocimos el restaurante en su antigua ubicación, la nueva imagen que nos ofrece sin duda enamora y marca una nueva ruta del éxito.

Aunque el concepto siga siendo el mismo, cuentan con zona de barra y podéis seguir recogiendo pedidos en el propio restaurante, la zona de restaurante es más acorde con las necesidades que muchos demandábamos. Probablemente sigamos encontrando dificultades para encontrar mesa, pero ahora nuestras probabilidades de éxito aumentan con la amplitud buscada.

La decoración se ha llevado a otro nivel, a uno muy alto. Su escaparate con la armadura de un samurai entre una vegetación de bambús nos deja boquiabiertos y con muchas ganas de entrar. Una gran pintura en madera con una pequeña fuente da la bienvenida a un restaurante íntimo, con una iluminación mucho mas relajante que invita a disfrutar nuestra comida sin prisas.

La madera es la gran protagonista y los motivos japoneses que decoran sus paredes y estantes son mucho más elegantes y finos. Una zona abierta de mesas perfectamente delimitada por un murete de madera a media altura, permite contemplar el trabajo en barra. Al fondo, más recogida, una zona de mesas para dos comensales nos da la sensación de intimidad.

Sin duda, han hecho un gran trabajo y la nueva imagen está más en consonancia con la excelencia de sus elaboraciones. Estas son algunas de las propuestas que podéis encontrar en su carta que iré editando a cada visita con nuevos platos o mejores fotos.

Editado 7/7/2016

Últimamente va siendo más difícil encontrar sitio que tener dos días soleados en esta Asturias Patria Querida. Si pretendéis el «aquí te pillo, aquí te mato» ya os digo que perdéis el tiempo, es mucho mejor planificar y reservar con tiempo.

Si mal no recuerdo han sido unas tres ocasiones en las que he querido hacer una nueva visita con amigos y no he tenido suerte. Esto no ha hecho más que incrementar mis deseos por volver a disfrutar del mejor japones de la región.

Aunque he repetido los harumakis, anko roll, tiger roll y temaki, salió una comanda con unas cuantas novedades que no había documentado.

Poco más puedo comentar, el nivel sigue siendo el mismo y cada visita es garantía de satisfacción.

Guiado por mi amigo Luis me dejé llevar por una caipirihna de sake, la verdad que estaba deliciosa y obviamente cayó una segunda.

Maki toro (ventresca de atún) y langostinos.

Agegyozas, empanadillas fritas de pollo con salsa tonkatsu.

Harumakis de pato, rollitos de pato con cebolla confitada.

Tataki de atún, atún semicrudo con algas y salsa ponzu.

Ahora tocaron los rolls especiales, rollos invertidos con diferentes toppings. Como mencioné repetí el anko roll y sumé el spider roll que se compone de cangrejo de concha blanda, mayonesa, aguacate, gobo (zanahoria salvaje), cubierto de huevas de tobiko doradas.

Vamos acabando con el futomaki Tiger roll.

Rematamos con el temaki de atún picante y aguacate.

Editado 12/01/2018

Comienzan las primeras cenas del año con suerte, sin previa reserva un viernes fui capaz de encontrar un par de huecos en la barra por una no aparición. No me extraña que la moda de cargar un fijo en la tarjeta de crédito vaya tomando fuerza en los restaurantes.

Ya conocéis la mayoría de platos, aún así revisando las fotos alguno de ellos no estaba recogido en el blog. Comenzamos con unos maki toro, las gyozas de pollo, un mix de futomakis (langostino, salmón, atún y pez mantequilla con pasta de trufa), finalizamos con un par de temakis, salmón y langostino, todo ello regado por una rica cerveza negra llamada Kuro Owa.

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Casualidades de la vida, a la hora de escribir este artículo se cumple exactamente un año desde mi primera visita el 5 de febrero de 2014. Por aquel entonces ni existía el blog aunque estaba bosquejado en mi cabeza. No me considero el más ordenado del mundo, sobre todo en mi mesa de despacho, pero cuando miras mis armarios o mi archivo fotográfico soy muy organizado, por eso se donde he comido hace un año.

Cuando me hablaron del Kaisen he de reconocer mi escepticismo, ¿un buen japones en Oviedo?. Todas mis experiencias con este tipo de comida en mi ciudad han pasado del pésimo al mediocre y aunque el listón estaba tan bajo, no me esperaba algo de tanta calidad.

Su propio nombre ya lo indica, estamos en un sushi bar, no en un restaurante, por ello no han de sorprendernos las dimensiones del local. Una barra con capacidad para ocho comensales y sólo un par de mesas que dan para poco más.

Resulta difícil conseguir mesa incluso por semana aunque tienen la opción de poder recoger pedidos en el local. La verdad es que con la calidad que tiene me gustaría disfrutar de un local más grande, más céntrico, es un negocio en el que no me importaría asociarme, porque tiene mucho potencial.

Hacía más de un mes que no quedaba con mi amiga Susana, viajes y fiestas necesitaban ponerse al día. Nada de whatsapp, necesito ver las caras para mantener una buena conversación y aunque no estaba en mi mejor día por haber salido hasta las mil el viernes y acabar de dar un pésame a un amigo íntimo, la cena del sábado resulto muy agradable, como siempre.

Estábamos inmersos en una ciclogénesis explosiva y casi tengo que cancelar la cita. Me quedé bloqueado con una tremenda granizada en el tanatorio, mi tracción trasera no me permitía moverme ni medio metro. Afortunadamente, llegue sano y salvo para poder tomarnos una cervezas en La Internacional, una de las mejores cervecerías de la ciudad.

Otra casualidad fue el lugar que nos asignaron, exactamente el mismo de mi primera visita, aunque esta vez tomaría yo las riendas de la comanda. Quería probar muchas cosas, nada de postureos, esta vez tocaba cenar en serio.

Para beber elijo la cerveza de trigo Ginga Kogen, con 5º de gradación esta cerveza sin filtrar nacida en 1996, sigue los procesos de fabricación hechos en el sur de Alemania. Su gran calidad procede del agua obtenida en el pueblo de Sawauchi, un lugar donde las nevadas son abundantes y copiosas.

Para calentar nada mejor que una sopa miso, indispensable en cualquier ocasión pero mucho más en ese día.

Continuamos con unos niguiri de almeja roja y anguila que nos sirven junto con los maki toro (ventresca de atún).

Turno de las excelentes gyozas de foie tostadas, mango y salsa teriyaki.

Pasamos a los temakis. Ya os he comentado en alguna ocasión que su forma cónica es mi favorita. Esta vez elegí el California (langostino, aguacate y mayonesa) y el de Salmón con Ikura (salmón, aguacate y huevas de salmón).

El futomaki elegido es el que denominan Tiger (langostino tempurizado, atún, aguacate, pepino, queso crema, envuelto en lámina de soja y sésamo).

Terminamos con uno de los especiales, son rollos invertidos. El Anko roll (tempura de rape, langostinos cocidos, mayonesa, aguacate, cubierto de huevas doradas).

De postre compartiríamos un rico tiramisu de té verde que venía acompañado de un helado de melocotón.

Sin duda, para mi gusto, es el mejor japones de la ciudad. Un sitio que no debéis perderos.