Ya sabéis que me gusta diferenciarme y ofrecer en este blog recetas que puedan ir un paso por delante, en este caso me propuse hacer una lasaña deluxe, una que pudieseis comer y no olvidar, creo haberlo conseguido.

Todo comenzó con una visita al Hipercor en busca de productos que sólo encuentro allí. Coincidió que estaban con una de esas campañas de productos europeos y paseando entre sus lineales topé con unas placas de lasagna con pomodoro y rápidamente me vino la inspiración.

Aparte de estar hecha con tomate tiene un par de características que me llamaron la atención: vienen en un formato ondulado, supongo que es para que el relleno se aguante mejor, han de colocarse alternas. Otra característica, es que no requiere cocción, lo único que debemos hacer es sumergirlas unos minutos en agua caliente.

Al verlas pensé en potenciarlas con una bechamel a la que añadiría unos tomates secos en aceite, como si estuviese en una ruleta del casino, aposté todo al rojo.

Para el relleno quería una buena carne roja, nada mejor que el buey wagyu. Me hice con cuatro hamburguesas, la carne ya esta picada y tan solo debía desmenuzarla.

Como no era plan de arruinar la receta con una salsa mala o incluso buena prefabricada, lo razonable en estos casos es preparar nuestra propia salsa de tomate. Como veréis en las fotos es recomendable hacer en abundancia y congelar.

Complementé la salsa con pimiento rojo y calabacín al dente. Tan solo añadir mucho queso y el resultado es una lasaña que hará salirse los ojos de su órbita. Si os la pusieran en un restaurante con un precio de 24€ seguro que os parecería barata, cerrando los ojos si es que conseguís que vuelvan a su sitio, os transportará a la Capilla Sixtina y pensareis que Miguel Ángel se confundió pintando a Adán en vez de esta lasaña, la Creación de la Lasagna.

Ingredientes:

Placas de lasaña de tomate, 600grs de wagyu (4 hamburguesas), 2kgs de tomate, 1 cebolla, 1 pimiento rojo, 1 calabacín pequeño, leche, mantequilla, harina, tomates secos en aceite, 1 rama de laurel, 200grs de queso hilado, azúcar, aceite de oliva virgen extra, sal y agua.

Primeramente comenzaremos haciendo una clásica salsa de tomate, pelamos y cortamos en trozos grandes la cebolla y el tomate. En una pota con aceite pochamos la cebolla con el laurel, añadimos el tomate, azúcar para mitigar la acidez y sal, dejamos que se haga y trituramos. Yo no le puse ni ajo ni pimentón.

Mientras se hace la salsa de tomate, preparamos una salsa bechamel clásica a la que cuando tenga la textura deseada incorporaremos los tomates secos y trituraremos.

Cortamos el pimiento y calabacin en brunoise, salteamos hasta que se ablande pero sin que quede pochado, buscamos una textura al dente. Reservamos

En el mismo aceite hacemos nuestra carne, en este caso al ser hamburguesas las hice por un lado y empece a desmenuzarlas. Le añadimos nuestras verduras y poco a poco le incorporamos salsa de tomate. Buscamos un relleno y no conviene que nos quede con exceso de líquido.

En la misma fuente que utilizaremos ponemos el número de placas que vayamos a utilizar, en mi caso cuatro unidades. Las cubrimos con agua del grifo muy caliente, esperamos unos minutos y escurrimos.

Pasamos a montar la lasaña colocando una placa, relleno, la siguiente placa le cambiamos la dirección de las ondas, rellenamos, así hasta donde queráis. Cubrimos con nuestra bechamel especial, cubrimos con el queso y horneamos a 180º durante 20 minutos, rematamos con la función gratinado.

Para la presentación la servimos en la misma fuente al centro y vamos sirviendo nuestras porciones.