Los Lunares – C/ Bahía de Cádiz, 3 – Conil de la Frontera/Cádiz Tlf: 692 206 157
Hoy hace un mes que regresé de mis vacaciones y creedme, resulta muy duro escribir este tipo de artículos cuando sabes que tardarás en volver a disfrutar de unos días de descanso y los vividos son parte de un lejano recuerdo.
El primer día de vacaciones se coge con muchas ganas y hacerse 900kms en busca de sol y playa no es cuestión baladí. Son muchas horas de carretera en las que somos incapaces de quitar la sonrisa de nuestros rostros, no existe el cansancio.
Llegamos a Conil de la Frontera. El apartamento nos sorprende por amplitud y vistas, el buen tiempo no es un factor que nos preocupe, está garantizado. Ahora tan sólo queda disfrutar de un baño y nuestra primera puesta de sol antes de salir a buscar nuestro primer restaurante.
Para empezar a disfrutar del ambiente de Conil, nada mejor que darse un paseo por la calle Cádiz. Numerosos restaurantes con sus terracitas, puestecillos con artículos propios de verano y un trasiego de gente constante nos hace decir las palabras mágicas “por fin!”.
Indecisiones aparte, localizamos una mesa al aire libre y esto ya es un premio. Lo primero sería buscar la hidratación que habría de acompañarnos todos los días a estas horas, una botella de Barbadillo.
Nuestra primera elección fue una ensalada templada con taquitos de bacon tostado y queso de cabra al grill en vinagreta de eneldo y miel. Correcta sin ser la quinta esencia de las ensaladas.
Un clásico que no puede faltar y menos en nuestro primer día, son las tortillitas de camarones. No eran nada buenas, demasiado gordas, masa cruda en el interior, bordes demasiado tostados y poco sabor.
Seguimos con la fritura. Unas croquetas caseras, en este caso de puchero, nos quitaron las penas del plato anterior. Sabrosas.
Unos chocos remataron el trío salido de las freidoras o sartenes. Aunque parezca mentira ya nos encontrábamos empachados y esto no era normal.
Turno del plato fuerte que nos había llamado la atención en carta, el wok de langostinos y calamares con arroz. Sin duda, como podéis comprobar por la foto, existe un error conceptual de lo que es un wok y el nombre resultó engañoso o al menos no era lo esperado. Se dejó comer pero sin entusiasmos.
El servicio fue compartido por dos personas. El muchacho todo lo que tenía de agradable y simpático, lo tenía de atolondrado y olvidadizo, menos mal que su compañera era mucho más despierta y siempre estuvo al quite.
No hubo hueco para el postre, estábamos saturados y no se correspondía con la cantidad de comida. Pasaron las horas y aún seguíamos con una digestión muy pesada, no cabe la menor duda que existió un problema con los aceites y agradecimos que sólo fuesen medias raciones en el apartado fritura. Quizás si nuestra visita hubiese coincidido con el día de cambio de aceite la experiencia hubiese resultado más positiva y no hubiese sacado tanto los colores a unos platos que transmitieron muy poco.
Que sorpresa… Es la primera vez que leo un post tuyo sobre un local en estos términos….Imagino que no lo recomiendas. Jejeje
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Jajaja, le has dado. No es el único pero son pocos. Kabuki Abama en Tenerife y uno en Pontevedra
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