Deciros a estas alturas que no me da más por la repostería creo que es un hecho palmario, sólo hay que echar un vistazo a la cantidad de artículos publicados en esta sección. Me puede lo salado y como tanto que raras son las ocasiones que llego al postre.
Si se da esta circunstancia no soy de excesos en azúcar, no me gustan las cosas demasiado empalagosas, no bebo sodas ni como chuches, llamarme rarito pero cuando veo un cupcake me produce rechazo. Por si fuera poco la repostería tiene muchos corsés y lo mio es la improvisación, nada de medir cada ingrediente.
Dicho esto, mis postres favoritos son aquellos que llevan incorporada fruta de alguna manera y el mango es muy apetecible.
Para este postre me quedaba un sobao de esos que pesan medio kilo, de los que sumerges en una taza de desayuno y absorben hasta la marca del fabricante, menos mal que sólo utilice parte, el sentimiento de culpabilidad es menor.
Lo fácil de este postre es que no requiere muchas elaboraciones y tiempos de espera, preparar y comer, nada de hornos o neveras. Otras cosa que me gusto fue el equilibrio de sabores .
Ingredientes:
1 sobao, 1 mango, azúcar moreno, vinagre de Modena, Hidromiel (o cualquier otro licor o vino dulce que no empalague mucho), nata para montar, azúcar, colorante rojo, almendras laminadas y semillas de amapola.
Lo primero es pelar el mango y separar dos mitades troceando en cuadrados. La primera mitad la añadiremos a un cazo en el que mezclamos el azúcar moreno, el vinagre y un poco de agua, obtendremos una especie de chutney (no es exactamente, le faltarían mas ingredientes ácidos), será la base del postre.
La otra mitad del mando la trituramos, yo lo hice a mortero, no era demasiada cantidad. Obtenemos un puré que colaremos para que nos quede líquido.
Con ayuda de un aro de emplatar extraemos un corazón del sobao, lo partimos a la mitad. Una la remojamos un rato con ese zumo de mango, la otra la emborrachamos con Hidromiel.
Preparamos nata montada con la nata, azúcar y unas gotas de colorante (a elegir). Introducimos en una manga pastelera.
En la base del plato ponemos el chutney de mango, al centro primero la mitad de sobado borrachin, encima el empapado en mango. Alrededor ponemos unos puntos de zumo de mango y unos churretes de nata. Esparcimos las almendras y espolvoreamos las semillas de amapola. Así de sencillo.
Si te gustara el vino, dudaría si compartimos algún gen familiar. Me pasa lo mismo con el dulce, casi nunca como postre, y si lo elijo, debe ser poco empalagoso y muy fresco, este tiene muy buena pinta.
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Jajaja, será un gen descarriado.
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Rico y muy elaborado a la par que sencillo, aunque yo cambiaría el color rosa de la nata por otro más acorde con el naranja del mango.
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Pues mira q pensé en el amarillo pero me pareció excesivo y lo cambie para ir más en línea con la vajilla
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Es solo una broma. Como tu siempre me das consejos y yo a ti no te puedo dar ninguno porque todo lo que haces me encanta… Pues se me ocurrió aconsejarte sobre el color, pues por poder decir algo… Ya sabes.
Besos
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Claro, así me lo tomo. Te garantizo que me puedes dar muchos consejos, en repostería no doy una, ya veras cuando publique una de tus tartas 😉
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Sabes que me encanta el mango y tengo bastantes recetas con el.. esta me la apunto y de estas navidades no pasa sin hacerla, ya te contare que tal!
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Es q casi no es receta, fue tirar un poco por la calle del medio para tener publicado algún postre 😜
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Claro que es receta, y una buena receta!
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