Con la llegada de los primeros bonitos del norte a nuestras pescaderías, llegaron otro tipo de bonitos vía México, es este caso pimientos. Producto fresco que me tiene pensando y cocinando a todas pastilla para que no se echen a perder.

Aunque una de las primeras recetas del blog habían sido unos pimientos rellenos de bacalao, nada tienen que ver con estos. En aquella ocasión utilicé unos del piquillo, un clásico de la cocina española, hoy toca utilizar una variedad de pimiento tan mexicano como el tipo poblano.

En estado fresco también se le conoce como chile ancho pero en Aguascalientes y algunas regiones del Bajío recibe el nombre de chile joto y en Durango, chile corazón. En la Escala Scoville se encuentra entre 1.000-1.500 unidades de capsaicina

El verano pasado os aburrí un poco con las recetas de bonito, sin embargo me dejé en el tintero otro clásico, el bonito con tomate, del que pronto tendréis receta si es que se puede llamar así.

Llevo un año complicado a nivel personal y el rendimiento en cocina no está siendo todo lo adecuado a mi auto nivel de exigencia, estoy cansado mentalmente y porqué no decirlo, bastante vago aunque al final acuda a vuestras pantallas a diario.

La receta que os muestro, aunque tenga un pintón y os resulte algo exótica, es de lo más sencilla y rápida si sois previsores y tenéis almacenada la salsa de tomate. Se que alguno estará pensando, un bote de salsa comercializada siempre está a mano, vosotros mismos, para mi una de las claves del éxito de este plato es una buena salsa casera.

Cocer los pimientos al vapor, hacer un bonito con salsa de tomate, rellenar y colocar sobre una buena ración de mole tradicional es todo el misterio de estos pimientos.

Los pimientos podríamos haberlos asado, pero tienden a despellejarse y lo que buscaba era rapidez.

He repetido la misma idea del mole que había hecho con los tamales, he tratado de contrastar el dulzor con el más que seguro picante. Repetimos puntuación en la escala JuanVille, 3/10.

Ingredientes:

Chiles poblanos, bonito del norte natural, salsa de tomate, mole, aceite de oliva virgen extra, sal y agua.

Lavamos los pimientos enteros y colocamos en nuestra vaporera con un poco de agua en la pota, desde que empiece a hervir diez minutos serán suficientes. Retiramos, cortamos la parte del rabo y con la mano y ayuda de una cucharilla desvenamos el pimiento eliminando cualquier resto de semillas. Reservamos.

Salamos el bonito y en un poco de aceite lo sellamos sin excedernos en los tiempos, para que quede jugoso, 4 minutos serán suficientes. Retiramos a un plato y en la misma pota eliminando los restos de aceite, ponemos a calentar la salsa de tomate, incorporamos el bonito y dejamos unos 3 minutos.

En la misma pota con la ayuda de un tenedor desmigamos los trozos y mezclamos bien con la salsa. Con calma y sin prisas para no romper los pimientos vamos rellenando con una cuchara mientras se calienta el mole (este si es de la tienda, pero de una mexicana de verdad).

Emplatamos colocando una buena cantidad de mole en la base, y uno o dos pimientos, según el tamaño.