Por fin me congratulo en poder ofreceros esta receta después del sonado fiasco de mi primer intento, que ni el ingrediente principal supe comprar. Os recuerdo en mi artículo de la mermelada de tamarillo este grotesco episodio de Rompetechos.

Ha tenido que pasar casi año y medio hasta que me he animado con ella, las culpables han sido las margaritas de tamarindo que probé en Madrid, en La Lupita y en Punto MX. No es que me emborracharan demasiado pero su sabor hizo que tratara de ajustar cuentas pendientes.

La receta en sí, no es nada del otro mundo y pocas explicaciones merece pero me parece una buena aportación para el Fondo de Armario. Además de unas excelentes margaritas podremos preparar postres y platos salados, alguno ya lo tengo en la recámara.

Lo más peculiar de esta receta es lo engorroso que resulta eliminar las pepitas, realmente es una labor tediosa que quita las ganas de volver a hacerla, por ello os recomiendo que hagáis una buena cantidad y la conservéis.

El tamarindo es el fruto del árbol de su mismo nombre y tiene su origen en el África Tropical, en concreto de Sudán donde crece de manera salvaje, pero lo podemos encontrar desde Cabo Verde haste Yemen y Omán.

Se extendió a Asia meridional, probablemente de la mano del hombre y hoy en día se puede encontrar en toda la zona tropical desde África a Asia pasando por Australia y resto de Oceanía.

Aunque la procedencia de los que he cocinado es Vietnam, en Mexico y Centroamérica son los mayores productores y consumidores, herencia de los conquistadores españoles y portugueses.

La pulpa de un fruto joven es muy ácida, y por lo tanto recomendable para muchos platos, mientras que los frutos maduros son más dulces y pueden ser utilizados en postres, bebidas o como aperitivo. En México y Centroamérica se hacen concentrados de pulpa de tamarindo para la fabricación de refrescos y bebidas, y en lo particular México y su cultura de salsas picantes, en la elaboración de salsas tamarindo o también se vende como un dulce, mezclando su pulpa con azúcar o sal y chile en algunos países de Centroamérica.

La pulpa, hojas y la corteza tienen aplicaciones medicinales. Por ejemplo, en Filipinas, las hojas son tradicionalmente usadas en té para reducir la fiebre causada por malaria. Debido a sus propiedades medicinales es utilizado como medicamento ayurvédico para algunos problemas de digestión o estomacales. También es un laxante eficaz, por lo cual puede ayudar en casos de estreñimiento pertinaz, y un somnífero natural, aunque muy suave.

Las hojas, las semillas, la pulpa, cada una de ellas tiene tantos beneficios que os podría aburrir, por ello aquí os dejo un enlace interesante.

Ingredientes:

300grs de Tamarindo, 1 taza de agua.

Retiramos la cascara de los tamarindos, los desvenamos e introducimos en un cazo con el agua de una taza. Hervimos durante unos 10 minutos. Dejamos enfriar y procedemos a separar la pulpa de las pepitas.

Una vez separadas, ponemos la pulpa en un vaso batidos con el agua de la cocción, trituramos y pasamos por un colador fino. El resultado es una excelente pulpa sin ningún añadido, que será base para una bebida o una salsa añadiendo azucares, sal u otros ingredientes.