Tarta de Torrijas



Como cada Semana Santa, el mundo de las redes sociales se ha visto inundado con artículos y fotos de uno de sus más codiciados y deseados postres, las torrijas.

Ha resultado imposible evadirse de este sencillo manjar, del cual confieso soy consumidor durante todo el año. Años atrás ya os enseñé como hacer 3 versiones y por no resultar cansino con el mismo artículo, decidí dar rienda suelta a la creatividad, espoleado por una tarta que vi en el blog Just Food Lovers donde Sandra prescindía del engordante rebozo.

Con esta idea base y el regalo de una pasta para hacer una sopa fría de almendras que me trajo mi novia del obrador Santo Tomé en Toledo, fui redondeando una idea que sobre el papel tenía muy buena pinta.

Buscando cierto atractivo cromático y huyendo de colorantes, utilizar el té matcha fue el último acicate que necesité para animarme con una tarta muy diferente en la que habréis de resetear vuestra mente. Ni tiene apariencia de torrija, ni es muy dulce, ni el sabor del té japones os aportará sabores conocidos, y además se come fría, pero en conjunto, mezcladas las tres capas resulta un postre delicioso y equilibrado.

En mi casa siempre se han hecho torrijas o picatostes con el pan duro, ningún pan especial, pero en varios sitios he leido lo del pan especial para torrijas y he querido probar. Algunos usan pan de brioche y otros lo que yo siempre llamé una coleta dulce, tiene una mayor densidad que la miga tradicional pero a la vez succiona líquidos como la alcantarilla de una piscina olímpica.

Como la coleta lleva huevo y tiene un color amarillo, no la quise utilizar para mezclar con el té matcha no fuese que me quedara con un verde terciario, por ello para esta capa utilicé la miga de una hogaza tradicional.

Si la torrija ya está muy buena con una leche normal infusionada con una piel de limón o naranja, imaginaros si esa leche es una sopa fría de almendras, el sabor es fabuloso. Alguna de las personas que la probaron echaban en falta un sabor más dulce, así que si sois de esos, recomiendo añadir azúcar a la leche aunque para mi resultó suficiente con el grado de azúcar que tenía la pasta de almendra.

Ingredientes:

Para la crema catalana: 500ml de leche entera, 4 yemas de huevo, 40grs de azúcar, 30grs de Maizena (harina de maíz), piel de lima o limón.

Para la tarta: 1 hogaza de pan, 1 coleta o brioche, 1 1/4 de leche entera, 250grs de pasta de almendras, 10grs de té matcha, piel de naranja, azúcar y canela en polvo.

Puesto que necesitamos que la sopa de almendras esté fría, será nuestra primera elaboración. Sacamos un buen corte de la piel de naranja sin meternos en lo blanco, la ponemos en una cacerola con 1 litro de leche y la llevamos a ebullición.

Por otro lado diluimos la pasta de almendra en los restantes 250ml y añadimos a la cacerola cuando la leche bulla, después bajamos el fuego y mantenemos durante 10 minutos. Reservamos y dejamos enfriar.

A la par, ponemos a infusionar el medio litro de leche con una piel de lima a fuego medio, separamos las cuatro yemas, mezclamos con el azúcar ayudados de una varilla hasta que quede cremoso, añadimos la maizena y seguimos batiendo.

Infusionada la leche la agregamos en hilo a nuestro bowl con la mezcla, mantenemos un batido constante y finalizada la mezcla vertemos en la cacerola, a fuego medio seguimos batiendo hasta que se forme nuestra crema. Es importante remover bien y estar encima para que no se pegue. Reservamos.

Cortamos la corteza de la coleta, desmigamos y añadimos poco a poco la leche fría de almendra, según necesidad (no queremos exceso de líquido), con los dedos mezclamos hasta obtener una textura con cierta consistencia. Ponemos en la base de un molde.

Seguidamente, cuando se haya enfriado la crema ponemos la segunda capa. Refrigeramos mientras procedemos a sacar la miga de la hogaza. En parte de la leche de almendra añadimos el té matcha y batimos bien, agregamos según necesidad hasta empapar la miga. Sacamos el molde de la nevera y terminamos con nuestra capa verde. Ponemos un papel film cubriendo y en contracto con la miga. Pasamos un rato al congelador para que coja consistencia.

Desmoldamos, esparcimos una mezcla de azúcar y canela y requemamos. Finalizamos añadiendo un crocanti de almendra en los laterales y un poco por encima. Ya está lista para disfrutar.

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1 comentario

  1. Interesante mezcla, no me había planteado una tarta de torrijas de esta manera, enhorabuena!

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  2. Tiene una pinta estupenda. Me encanta la idea del té matcha. Qué nivel ;).

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