Chuletillas de Lechazo



Ya sabéis cuanto me gusta experimentar en la cocina, trato de hacer recetas diferentes, pero en esta ocasión sólo me he centrado en la magnificencia de un producto que con sal y un buen fuego hará que se nos salten las lágrimas, se trata del lechazo I.G.P Castilla y León.

Las chuletillas de lechazo es una comida que recomiendo comer en casa. Por muy buenas que las hagan en cualquier asador castellano, las raciones siempre son escasas. Este es un plato para darse un festin en toda regla y con media docena no puede haber nadie que se quede satisfecho ante tremendo manjar.

Lo primero que hemos de saber es que no nos den cordero por lechazo. Cuando hablamos de lechazo hay que tener en cuenta que se trata de las crías de la oveja o cordero que aún maman, su alimentación exclusiva es la leche materna. Han de ser sacrificados con un peso no superior a los 12kgs y no superar los 35 días de vida.

Dentro de la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P) lechazo de Castilla y León nos podemos encontrar tres razas diferentes: Castellana, Churra y Ojalada

La carne de estas piezas tiene un color blanquecino rosado, de olor poco intenso y de sabor suave y agradable, al haber sido alimentados exclusivamente de leche materna, sin añadir otras sustancias a su dieta.

Para esta ocasión buscamos una carnicería con tradición y especialización. Acudimos al Mercado El Fontán en Oviedo y subiendo una de sus escalinatas, a mano izquierda nos encontramos con la Carnicería Oscar donde Ana vende exclusivamente cordero, lechazo y cabrito. El lechazo procede de León y Zamora.

Un kilo y medio de chuletillas, 2 dientes de ajo, sal y mucha hambre es todo lo que necesitareis para su elaboración. Otro punto muy importante en el que seguro encontrareis restricciones, es el fuego.

En la mayoría de casas no tenemos la infraestructura adecuada y deberemos conformarnos con una gran sartén o en su defecto una plancha eléctrica, no es mayor problema pero nos llevará más tiempo si de grandes cantidades hablamos.

Lo ideal sería hacer una parrilla con el fuego de unos buenos sarmientos pero aunque tengo una buena parrilla, este tipo de leña no es frecuente en Asturias así que opté por la maravillosa plancha de gas con tres fogones que me regaló mi novia en mi último cumpleaños.

Lo bueno de esta plancha, además de ser de gas, es su gran superficie, lo cual nos garantiza hacer una buena tanda y poder tener más espacio para manejarlas ya que en una sartén, el palo nos obliga a jugar al Tetris.

Cortaremos los dientes de ajo en una fina brunoise y junto con la sal adobamos las costillas haciéndoles unos buenos masajes. En el caso de esta plancha con un papel de cocina impregnado en aceite de oliva la frotamos por toda su superficie y a fuego medio-fuerte colocamos las chuletillas, se harán en su propia grasa, queremos que queden turraditas.

Poco más os puedo contar porque hablar de su sabor y del placer que sentí, sería un poco de recochineo.

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1 comentario

  1. Mi abuela los hacía rebozados, que también están buenísmo. Si el producto es bueno, como en casa en ningún sitio, sea de lamanera que sea 😉

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