Pocas excusas hay para no disfrutar de un buen arroz con leche en vuestras casas, ingredientes muy básicos y grandes satisfacciones en un tiempo record. Tampoco quiero engañar, es un postre que requiere estar encima de él removiendo para que no se pegue, dándole su hidratación con la leche para que el grano engorde y suelte su almidón.

Con esta, ya es la cuarta versión que publico, porque a pesar de su sencillez, permite mucho juego. La idea inicial era hacer una mousse de arroz con leche del de toda la vida, pero cuando estaba preparando todos los ingredientes para las fotos, se me cruzó el té matcha. Recordé una deliciosa tarta de torrijas en la que lo había incluido y me lancé con esta nueva idea.

Me empeñe en conseguir un color verde y a pesar de utilizar dos cucharas de postre colmadas de té matcha, al diluirlo en tanta cantidad de leche y nata, 1,250L, la coloración se difuminaba. He solventado el «problema» utilizando colorante alimenticio, recordando las lecciones aprendidas mezclando el amarillo con el azul obtendremos el verde y podremos ir jugando con las tonalidades o intensidad.

Ya por si solo, resulta una versión atractiva y no solo por el color; el sabor del té matcha es totalmente perceptible y ese ligero amargor los corregiremos con el azúcar al gusto. Personalmente no me gustan las elaboraciones demasiado golosas, nada raro si consideramos que soy más de salado que de dulce.

La gracia que le daremos es convertirlo en una especie de mousse, nos saltaremos alguno de los pasos como añadir nata montada. Montando unas claras a punto de nieve y mezclándolas con el arroz triturado, conseguiremos una textura más aireada y si vuestro arroz con leche se ha quedado algo duro, esta es una buena opción para salvarlo.

Finalizamos la presentación con unos crujientes de azúcar y canela, de este modo mantenemos la idea de ese requemado tradicional o del espolvoreado de canela.

Ingredientes:

60grs de arroz bomba, 1L de leche entera, 250ml de nata 35% M.G., 50grs de azúcar blanquilla, 2 ctas de Té Matcha, 1 rama de canela, canela en polvo, peladura de naranja y lima, 1 nuez de mantequilla, 2 claras de huevo, pizca de sal y tres gotas de zumo de lima o vinagre.

Comenzaremos sacando las peladuras de la naranja y lima que pondremos en una cacerola junto con la leche, la nata, la rama de canela y el té matcha, a fuego medio sin que bulla dejaremos que la leche se infusione durante 15 minutos. Mezclaremos nuestro colorante hasta obtener el verde que buscamos y lo añadimos a la leche mientras se infusiona.

Pondremos el arroz en otra cacerola, añadimos un poco de leche y dejamos que se absorba por completo para que se rompa el grano, después toca añadir una buena cantidad de leche en un primer envite, dos garcilladas y media serán suficientes para ir poco a poco removiendo a fuego medio. Cuando el arroz haya absorbido casi toda la leche volveremos a incorporar la misma cantidad de leche y realizamos el mismo proceso. Completaremos con toda la leche y cuando aún tengamos una parte líquida y el grano esté hecho añadimos la mantequilla y el azúcar, mezclamos removiendo ya con el fuego apagado, el calor residual será suficiente.

Separamos una parte para servir tal cual, el resto lo ponemos en un vaso batidor y refrigeramos hasta que pierda su calor. Mientras iremos haciendo nuestro crujiente de azúcar y canela mezclando ambos, licuando en una sartén y pasando a un papel de horno para extenderlo y aplastarlo con una espátula.

Igualmente ganamos tiempo batiendo nuestras claras a punto de nieve, han de estar muy frías, las separamos de la yema, agregamos unas gotas de lima y una pizca de sal para montar con unas varillas. Sacamos el arroz de la nevera, con un brazo batidor trituramos, basculamos en un bowl y añadimos las claras para con una espátula ir envolviendo de abajo hacia arriba, con suavidad.

Rematamos sirviendo en unas copas o cuencos y decoramos con los crujientes.