Llevaba tiempo queriendo utilizar en alguna receta las morcillas de Burgos que me facilitó mi amigo Tomás de http://www.trasacar.com y el otro día encontré la receta perfecta navegando entre blogs. He intentado ver en cual lo vi para darle el crédito por la idea pero no consigo dar con el blog y si sois alguno de los que me seguís ya estáis levantando la mano.

Para ser sinceros este plato no tiene mucho misterio, vamos como cualquier lasaña o canelones, lo principal son buenos ingredientes entre los que destaco una salsa casera de tomate y buenas manos con la bechamel que ya sabéis a mi me gusta sacar brazo.

Ingredientes:

1/2 morcilla de Burgos, 150ml de salsa de tomate, queso rallado, agua, sal, mantequilla, harina, leche y pimienta.

Coceremos las placas de lasaña por 7 minutos, enfriamos con agua fría por un minuto y extendemos en un paño humedo hasta su uitlización.

En una sartén mezclamos el tomate con la morcilla de Burgos, tener cuidado no os herniéis!!!.

Preparamos una bechamel, fundiendo una cucharada de mantequilla, retiramos del fuego y echamos 3 cucharadas de harina, mezclamos y volvemos a poner al fuego añadiendo un poco de leche y removiendo, se ira formando una pasta y echaremos mas leche, así hasta que alcancemos la textura deseada. Importante no parar de remover y que el fuego no este muy fuerte. Cuando este casi lista salpimentamos y reservamos.

En una molde untado de mantequilla colocamos una primera capa de pasta, una de la mezcla de morcilla y una de bechamel, así hasta 3 veces o hasta el tamaño de vuestro molde terminado siempre con una placa de pasta para que cuando le demos la vuelta sea una base consistente.

Horneamos a 200º y al poco tiempo cubrimos el molde con papel de aluminio, tras 10 minutos sacamos del horno y desmoldamos boca abajo en el plato que vayamos a presentar. Añadimos una capa de bechamel y finalmente el queso y volvemos a meter en el horno con función gratinar hasta que el queso funda y se vea un poco crujiente.

Para la presentación puse una flor de cebollino, unas piezas de  azulejo y una peonza de mi colección, concretamente la que veis de Pinocho. Quería darle un toque italiano por ello baje al garaje y me di cuenta que el chófer se había llevado mi Ferrari para recoger a Fernando Alonso en el aeropuerto, así que me tuve que conformar con la peonza.

Consejos y trucos: Este es un plato que podéis congelar si lo dejáis en el molde, os puede sacar de un apuro y lo agradeceréis