Supongo que todos habréis experimentado alguna vez en vuestras vidas una sensación como la que os voy a contar, algo de lo que tenéis muchas ganas pero que llegado el momento os deja a medias y hasta que no lo volváis a realizar en el modo que teníais planeado no quedareis satisfechos.

Como ejemplo ajeno a la cocina os hablaré de la primera vez que vi a Eric Clapton, había muchas ganas y ese día llego el 4 de noviembre de 1994 en San José, CA en su último concierto de la gira americana Nothing But The Blues de su disco From The Cradle. Fue un concierto estupendo pero faltaron muchos de sus grandes exitos, canciones que quería escuchar en vivo, satisfecho pero a medias. No sería hasta el 6 de septiembre de 1998 en Oakland, CA con la gira de Pilgrim que me pude resarcir y completar mi experiencia con ese concierto que había visualizado en mi mente.

Algo parecido ha sucedido con este plato y a la espera de poder perfeccionarlo de momento me quedaré a medias, lo que viene siendo un Fettuccine Interruptus. Llevaba tiempo detrás de unas navajas y se me resistían ya que parece ser que solo las traen durante el fin de semana y últimamente los he tenido muy ocupados con planes que me alejaron de los fogones.

La idea original era hacer esta pasta con las navajas y albahaca fresca pero esta vez al no tenerla he tenido que sustituir por perejil, un aceite de albahaca y un poco de albahaca seca, vamos un apaño en toda regla que aunque muy sabroso no completó mi experiencia.

Ingredientes:

2 docenas de navajas frescas, 1 tomate, 1 cebolleta, 4 dientes de ajo, unas ramas de perejil, 250 grs. de fettuccine al huevo, aceite de albahaca, albahaca seca, vino blanco, aceite de oliva, y sal.

Lo primero que tendremos que hacer es poner las navajas en un recipiente con agua fría y abundante sal para que eliminen cualquier exceso de arena.

Pelamos y cortamos el ajo y cebolleta en brunoise, el tomate en dados (ponemos en un bowl mezclando con albahaca seca), y el perejil bien picadito.

En una cacerola baja echamos el aceite de albahaca, con el fuego fuerte y un poco de sal tapando el recipiente las abrimos sin que se nos hagan, soltarán una cantidad interesante de jugo que colaremos y reservaremos. Retiramos del fuego y la separamos de sus caparazones reservando para añadir al final.

En la misma cacerola añadimos aceite de oliva y pochamos el ajo y la cebolleta, cuando este listo incorporamos los dados de tomate y el perejil, rehogamos.

Mientras pondremos la pasta a cocer en abundante agua fría con dos pizcas de sal, en 5 minutos estarán al dente. Escurrimos el agua y añadimos a nuestro pochado, mezclamos bien y añadimos las navajas, subimos el fuego y finalmente incorporamos un buen chorro de vino blanco, Albariño en mi caso, en un minuto y sin parar de remover se habrá evaporado el alcohol y nuestros fettuccine ya estarán listos para servir.

Para la presentación esparcí un poco de albahaca. Para que os hagáis una idea de las cantidades el plato presentado era solo la mitad, hay que ser fino en la presentación aunque solo sea de cara a la galería pues dí buena cuenta de todo lo cocinado.