El Tormentín – Calle La Riba, 10 – Paseo del Muelle, Luanco    Tel. 984 491 067

El verano va corriendo y con el los días que poco a poco se va notando como menguan , en el caso de mi amada región este efecto parece multiplicarse por 2 o 3 ya que por ahora están siendo escasos los días en los que luce el sol de manera continua y últimamente predominan los grises que dan una mayor sensación de pesadumbre si lo comparamos con los verdaderos meses de verano que se disfrutan en otras regiones.

A mal tiempo buena cara y lo que nosotros envidiamos otros añoran, así que conformémonos con lo que toca y seamos conscientes de que este verdor nunca resultó gratis. Aún así hay días que realmente merecen la pena porque disfrutar del sol en playas como la de Verdicio no está al alcance de todo el mundo en estas fechas, nada de hormigueros infestados de veraneantes donde el metro cuadrado de arena sale más caro que un duplex en el madrileño Barrio de Salamanca, por no hablar de los madrugones que algunos se pegan para coger primera línea de playa.

Tras la labor de mantenimiento del moreno forjado en tierras gaditanas y unos espectaculares baños toca acercarse a la coqueta villa marinera de Luanco. Por proximidad con los 3 núcleos poblacionales más importantes de Asturias es un lugar que tiene mucha caída e incluso es utilizada como ciudad dormitorio de los ovetenses y raro es el paseo en el que no te encuentres una cara familiar.

Un par de cervezas y el encuentro con un buen amigo de la infancia emigrado a Madrid plantean una cena inesperada. Me dejo aconsejar y me recomiendan un lugar que abría sus puertas hace un año pero que todavía no había probado, El Tormentín, ubicado en el Paseo del Muelle, sin duda un sitio privilegiado desde donde contemplar unas magnificas vistas.

La primera apreciación es visual y el restaurante sidrería se ve moderno y con una notable inversión, quizás demasiado luminoso pero esto me agrada ya que no voy provisto de mi cámara «buena» y con el iphone podré obtener unos resultados aceptables.

Tengo mucha hambre, un pincho puede valer para aguantar hasta la cena un día normal pero con el desgaste que supone la playa con sus palas incluidas fue de todo menos normal, la jornada continua en mi caso no me permite perder el tiempo con comidas, el sol manda en mis destinos. Me apetece todo y menos mal que llevo acompañante pero Luis flaquea a las primeras de cambio, lo que unos verían como obstáculo para mi es vía libre, una Autobahn alemana sin limite de velocidad.

Un poco de marisco para los entrenamientos libres que resolvemos con unos langostinos y unas zamburiñas.

Turno de la clasificatoria con unos tortos con pisto y bacalao, el estomago está bien carburado y nos colocamos en la pole position.

Llega la carrera, se declara en mojado y tenemos que poner los extremos de lluvia para dar cuenta de dos platos de bonito que estan fuera de carta, en plena temporada no nos asusta la presencia del safety car, esa seguridad extra nos la da una hermosa rodaja a la plancha y un par de tacos encebollados.

Tenemos que detenernos para repostar otra ronda de gasolina pero los neumáticos parecen aguantar y no nos dejarán tirados en el último stint. Mi compañero de escudería hace ya unas cuantas vueltas que tuvo que retirarse lo cual me deja lider en solitario, últimos bocados y veo la bandera a cuadros aunque podría haber seguido un par de vueltas más. Una victoria más en el haber del Team Fuego de Mortero.

Quiero agradecer desde aquí a toda la escudería por el buen trabajo, sin ellos no habría podido disfrutar de una gran carrera.

 ———————————Editado 25/03/2016—————————————-

La Semana Santa es una época llena de tradiciones, cada cual tiene su procesión favorita y la mía es acercarme uno de los días hasta Luanco para reunirme con un nutrido grupo de amigos. Allí nos congregamos los habituales y algunos que aprovechan estos días festivos para volver a la tierrina.

Hacía tiempo que no me acercaba por El Tormentín y tenía alguna cuenta pendiente, a los postres no pude llegar la vez anterior pero esta vez y con una compañía más nutrida pude probar unos cuantos.

Esta vez no hicimos un recorrido amplio por la carta, una comanda breve pero abundante donde el plato estrella fue un buen arroz con almejas. Muy bueno de sabor y con abundancia de almejas.

El resto de complementos fueron unas croquetas ibéricas y unos calamares de potera que nos sirvieron para abrir boca tras una prolongada sesión vermú.

Esta vez si hubo hueco para una tarta de tiramisu, tarta de queso y brownie con helado de frambuesa.