Con esta receta no ganareis ningún concurso de cocina pero os ganareis el reconocimiento de vuestros amigos más carnívoros.

Sobra decir que en estos platos tan sencillos la calidad del producto ha de brillar con luz propia pues no hay opción a enmascarar los sabores. Al escribir esto me viene a la mente el esperpento sufrido en una parrilla con cierta solera de la zona centro de Oviedo, un plato de buey a la piedra servido en una fuente llena de aceite y orégano, ¿estamos tontos o que?, sin duda la carne debía oler más que esas señoras perfumadas que acuden a la opera.

Si no quiero fallar con la carne mi única opción es pasarme por http://www.trasacar.es y en este caso llevarme puesto un solomillo entero de 3 kilos y pico.

No os voy a explicar como hacer la carne pero si os ruego encarecidamente que atemperéis la pieza que vayáis a cocinar, a mi que me gusta tirando a cruda y no hay cosa mas desagradable que dar un mordisco y que este de nevera en su interior. La sal no es cuestión baladí por ello os recomiendo una de escamas o una volcánica de Hawaii.

Para los saquitos necesitaremos: Pasta Bric, yema de huevo, setas de temporada, ajo, cebolla, y vino dulce PX.

Con un diente de ajo y media cebolla tendréis suficiente, picar y pochar, añadir las setas (nunca las lavéis), cuando sazonéis observareis que estas sueltan más agua, salteamos y echamos como 1Cl de PX, más nos mataría el sabor.

Tomaremos una de las laminas de pasta bric y en el centro ponemos la cantidad deseada de setas, sin pasarse o tendremos problemas para cerrar el saquito. Desde todo el perímetro subimos hacia arriba la pasta y anudamos con hilo especial para cocinar o con una ramita de cebollino o una tira de puerro como fue mi caso. Pintamos con la yema ayudados de un pincel de silicona y al horno sobre papel aceitado a unos 180.

Emplatamos como mas nos guste, en esta foto puse una flor de cactus que el temporal y una hamaca voladora se encargaron de romper.