Hay principios en la vida que deberían ser irrenunciables y uno de ellos es la HONESTIDAD, y fijaros que lo he escrito con mayúsculas y a fuego si pudiera.

Este es uno de esos casos, podría quedar como Dios con alguno de vosotros vendiendo las excelencias de mi creación, pero no lo haré ya que todo el crédito hasta donde conozco se lo debo a http://www.lagabinoteca.com un restaurante que en mi última visita a Madrid me sorprendió en todos los sentidos.

Tarde algún tiempo en poder hacer la receta porque no encontraba los potitos pero mi amiga Mescan me indicó un lugar en el Polígono del Espíritu Santo donde tienen de todo lo relacionado con la hostelería.

Ingredientes:

Mal andamos si a estas alturas no sabeis lo que lleva una tortilla de patata, así que no pierdo el tiempo. Sin embargo, el toque mágico si os lo diré, en la Ganinoteca utilizan trufa negra pero esta parte si que es creación propia, yo he utilizado un aceite de boletus que compré en la tienda de mi amiga Beatriz en su tienda Espacio Store en la C/ Ventura Rodriguez de Oviedo

Pelamos, cortamos y freímos las patatas y cebolla como si fuese para una tortilla tradicional, rellenamos el potito sin pasarnos ya que hay que dejar espacio para cascar un huevo dentro, una pizca de sal, un chorrito del aceite de boletus, cerramos y ponemos al baño maría.  El ojímetro nos dirá cuando está listo.

La maravilla de este plato son los aromas que el propio comensal disfrutará cuando desenrosque la tapa, y ayudados por una cucharita (nada de tenedor, esto es un potito) iremos mezclando los ingredientes.