Hoy os traigo por primera vez a este blog un arroz. Ya tenía ganas, pues en cualquiera de sus categorías este cereal con cerca de diez mil variedades es uno de mis favoritos, arborio, basmati, thai, bomba, salvaje…todos ellos diferentes y específicos para determinados platos. Imaginar que nos vamos a dar una vuelta en bicicleta, no es lo mismo ir en una de paseo, BTT, híbrida o carretera, habremos cumplido nuestro objetivo pero no habremos aprovechado a fondo la experiencia.

He preparado muchísimos arroces pero hasta hoy no lo había documentado como se merece, no quería tirar de archivo con fotos insuficientes ya que antes no fotografiaba todo el proceso.

El hecho de escoger un risotto vino determinado por casualidad al estropearse la nevera, no quise perder el magnifico caldo que conservaba congelado. Lo había utilizado en otro risotto con setas, pimientos del Piquillo y solomillo de buey quedando impresionado por la potencia de sabores.

A fin de no repetir pensé en darle un giro asiático utilizando las setas shiitake y jengibre natural, he de deciros que la combinación es brutal, la melosidad de las setas se funde con la gelatinosidad de la oreja y el almidón del arroz como si del abrazo de unos amantes se tratase.

El final del párrafo anterior me ha quedado muy rollo Cincuenta Sombras de Grey, pero como Ana y Christian entre acto y acto algún rato tienen que tener para comer y reponer fuerzas vamos a ponernos manos a la obra que si acaso con la tripa llena seguiremos manos a la masa.

Ingredientes:

1/2 taza de arroz arborio especial risotto, 1 bandeja de setas shiitake, 2 dientes de ajo, 1 puerro, 1 cebolleta, 1L caldo de carne (pollo, jamón y oreja de cerdo), jengibre, queso parmesano rallado, mantequilla, aceite de oliva, aceite de boletus, 3 espárragos trigueros.

Picamos los dos dientes de ajo, la cebolleta y el ajo puerro en brunoise, cortamos las setas en juliana grande, pelamos el trozo de jengibre y lo rallamos quedándonos con la pulpa.

Haremos un caldo con unas verduras, hueso de jamón, huesos de pollo y oreja de cerdo. Este proceso lo podéis tener hecho de antemano, resulta muy interesante tener congeladas estas bases de muchos platos, puestos a hacer lo mismo nos da tener 1 que 3 litros.

En una pota baja y no demasiado aceite de oliva doramos un poco el ajo, añadimos la cebolleta y puerro, cuando estén a medio pochar añadimos las setas, rehogamos y cuando estén melosas añadimos el jengibre y un chorrito de aceite de boletus, removemos y será el momento de incorporar el arroz., media taza abundante que en mi caso dio para dos buenas raciones.

Una vez que rehoguemos durante un par de minutos el arroz incorporamos el caldo duplicando la medida del arroz, el caldo ha de estar caliente. Con una cuchara de madera removemos a fuego medio con bastante frecuencia para que el arroz vaya soltando el almidón, cuando observemos que casi ha absorbido todo el caldo vamos añadiendo poco a poco, removiendo, repetiremos el proceso tantas veces haga falta hasta que el arroz se haga y quede cremoso.

Para finalizarlo añadimos un trozo de mantequilla y el queso parmesano rallado, mezclamos y removemos un par de minutos.

Durante todo este proceso habremos cortado las puntas de los espárragos trigueros, en un cazo con muy poco agua y tapando los cocinamos casi al vapor, en pocos minutos estarán listos porque los queremos al dente. Inmediatamente los metemos en un bowl con agua fría hasta que los vayamos a utilizar para la decoración.

Consejos y trucos: es muy importante que utilicéis un arroz específico para risottos. Si os habéis dado cuenta en ningún momento he utilizado sal, todo depende de cómo os haya quedado el caldo ya que con el jamón puede haber dado el toque de sal suficiente.

Cuando hablo de que las setas estén melosas es porque las shiitake tienen esta característica, para que os hagáis una idea tienen una textura como los boletus.