Zoko Zahara – C/ Real, 14 Zahara de los Atunes   Tlf: 682 351 716

Es increíble como pasa el tiempo y que bien envejecen algunos, y no lo digo por Peter Alexander que el cabrón se conserva muy bien, me refiero a Zoko Zahara que desde que recalara allí por primera vez en el 2014 ha crecido meteóricamente. Aquel año fue la primera vez que probé la droga, y puedo decir que fue de la dura, porque Zahara de los Atunes me enganchó y ya van cinco seguidos en los que no falto a mi cita gaditana.

Algunas cosas no cambian y es para alegrarse. Allí sigue Carmela, la jerezana encantadora que nos atendió por primera vez, pero a lo largo de los años la tribu ha crecido, las rastas, tattoos y piercings de algunos se extienden ya por unos cuantos puntos geográficos. Desde los inicios, Zoko se extendió a Sevilla, quizás el habitat natural de muchos de los veraneantes de Zahara, sin duda el invierno poco o nada ofrecía entonces y como bien dice su grafitty, the show must go on.

Parece que la capital hispalense se quedó corta y dado el gran número de madrileños y contactos famosos que frecuentan el veraneo de Zahara, la siguiente expansión fue a otra capital, la de España y allí en Madrid abrió su trocito de Andalucía junto al Parque del Retiro. En su día los visitamos en Zoko Madrid y como siempre quedamos encantados y porque no decirlo, algo borrachos con aquellos cocktails Zoko Cobbler de amontillado y marraschino.

Zahara nunca quedó desprotegida y junto a Javi Álvarez, el chef ejecutivo, siguieron con nuevos conceptos como el de Salvaje y Zokarrá, de los que ya dí cumplida cuenta y que me hicieron tener algo olvidado el cuartel general de la calle Real, 14. Este año no he dejado que el petazo continuo fuese obstáculo ni tampoco mi dieta sui generis, debía actualizar este artículo y si queréis saber lo que se comía y escribía yo entonces, seguir leyendo.

Aquellos barriles exteriores se han convertido en mesas altas, la decoración interior también ha crecido como sus dibujos y El Gran Wyoming sigue observándonos con su irónica mirada de provocador nato. Se les quedo pequeño y se hicieron con el local anexo que denominan «La Cueva», ya somos mucho los Zoko Adictos y habrá que meternos en algún lado.

Precisamente en Madrid pronto abrirá Krapula, en pleno barrio de Salamanca, en la calle Jorge Juan y espero poder estar allí para contaros con pelos y señales la revolución que allí van a generar. Libertad no significa libertinaje y me descojono solo de pensar en el contraste pijo con el rollo macarra (sano) que se respira en el ambiente Zoko, supongo que al final todos tenemos una parte de cada.

Hablemos de comida, y la evolución ha sido fabulosa, se pasó de ofrecer más de lo mismo, que si se hace bien, como es su caso, entraba en competencia con alguno de los clásicos del centro del pueblo. Ahora se distinguen por una cocina moderna, todos sus platos ofrecen vueltas de tuerca a conceptos tradicionales, son descarados, sabrosos, coloridos y utilizan ingredientes que aportan sofistificación.

Ubicados en la terraza, mientras nos refrescamos con una Cruzcampo IPA y una Aguila sin filtrar nos sirven unas buenas olivas para ir escudriñando la carta.

Como en cualquier buen restaurante, la carta y sus platos van evolucionando y en este caso yo diría que subiendo el listón. Inserto este collage de mi visita más reciente en agosto de 2023 aunque os invito a leer el resto de platos y visitas en las que observareis la evolución.  Aquí os muestro su kebab de pollo y langostinos que sirven en un pan de mollete, la brutal hamburguesa de vaca madura y el sobresaliente y meloso arroz de presa ibérica y atún.

 

Comenzamos con una ensaladilla de mojama y camarones fritos.

La exquisita fideuá quemada…

El pollo al curry rojo que es un guiño por el acompañamiento del cous cous teñido con remolacha.

Finalizamos con el Mar en Llamas, unos gambones que no se si superan, pero al menos están a la par de los inyectados con Jerez que descubrimos en Salvaje.

Esta vez no coincidí con Peter, inmerso en todo el proceso de la nueva apertura que me imagino será una locura. Nos vemos pronto.

 

10/08/2014

Cualquiera que haya visitado un país con raíces árabes sabe que el punto de referencia de cualquier ciudad o pueblo es el zoko, ese mercado donde tiene cabida todo y encuentras de todo, donde el regateo se convierte en arte y donde las horas pasan sin darse cuenta.

Precisamente en una de las arterias principales de Zahara de los Atunes nos encontramos con esta particular visión que el cocinero argentino Peter Alexander emprendió en la primavera de 2013. A simple vista ya destaca de entre todas las tabernas, tascas, restaurantes que abundan en esta calle y las que la circundan, su diseño moderno tiene gran luminosidad y predominan las maderas decapadas, existe un juego de doble altura que le proporciona los grandes ventanales abiertos en contraste con los taburetes de la terraza donde todo parece unirse.

A la hora de documentarme he visto la foto de Peter e inmediatamente recordé que esa cara me era familiar, me lo había presentado mi amiga Ros el primer día que llegué cuando nos lo cruzamos por la calle, no me quedé con el nombre ni con su restaurante pero casualidades de la vida hicieron que una de las noches acabara allí cenando, el Zoko era uno de los lugares con más ambiente y ahora me explico el por qué, Argentina, Mundial de Fútbol……hablamos de pasión.

No fue el fútbol lo que nos llevo allí, lo mio es la comida y en el Zoko todas las veces que había pasado por ahí todo tenía muy buena pinta y el ambiente parecía muy divertido. Encontramos mesa en uno de los barriles de la terraza y no lo dudamos, nos atendió Carmela, una jerezana muy simpática y eficiente con la que más tarde coincidiríamos tomando una cerveza con su compañera granadina y otros amigos con los que nos echamos muchas risas.

Muchos toques de originalidad, desde la carta hasta los salva manteles de papel a modo de periódico, me recordó bastante a las propuestas del Lima y Limón en Oviedo. Nos dejamos aconsejar exceptuando alguna cosa que teníamos claro, acertaron en todo.

Comenzamos por un papelón de calamares servido al puro estilo de las freidurías de la Bahía de Cádiz.

Una ensalada de atún ahumado.

La lasaña de atún estaba espectacular.

La carne elegida fue entraña y cobra sentido al saber que su cocinero es argentino y este corte es muy típico, incluido su chimichurri.

De postre una copa de cremoso de chocolate con galleta rota.

Si decidís visitar el Zoko la diversión y buena comida está garantizada.