El Corral del Indianu – Avenida de Europa, 14  –  Arriondas     Tel:  985 841 072

Comenzar un artículo de estas características siempre me resulta complicado porque transmitir sensaciones sin ser escritor ni cocinero puede abrumar  y en modo alguno por sentir complejos sino por no ser capaz de transmitir felicidad y de alguna manera haceros partícipes de ella.

Si tuviese que definir o resumir la víspera de mi santo creo que no podría hacerlo mejor que con el título de una película, Los lunes al Sol. Salvando las condiciones negativas de la situación de los personajes, la sensación de no tener que hacer nada y pensar cual será la mejor manera de pasar mi día de asueto resultó muy estimulante ya que recientemente en otro de estos días se me había truncado con quehaceres laborales ineludibles.

La costumbre y la edad me hace levantarme a la hora habitual, amanece más temprano de lo habitual señal inequívoca de que el sábado cambiamos de solsticio, el verano ha entrado con ganas y el sol alumbra mi cama y yo le respondo con una sonrisa de gratitud por alegrar mi despertar.

Tras el café matutino toca trabajar en el blog e ir pensando al mismo tiempo como gestionar el día. Tengo el coche sin batería y requiere un trayecto largo para recargar, el sol sigue luciendo así que la idea de acercarme al oriente descapotado toma forma, tan solo toca decidir si playa o comida y la duda se despejo cuando llamé al Corral del Indianu y me dijeron que estaba abierto, la opción comida es siempre una garantía y el sol en Asturias no tanto.

Asturias tiene muchos encantos y no lo digo yo que soy parte interesada, rutear por carreteras secundarias y evitar las autovías te hace reafirmarte en lo afortunados que somos, las montañas, los prados, la frondosidad de la vegetación y un cielo azulado, poco más se necesita para sentirse en el paraíso.

Queda poco más de un mes para que se de el pistoletazo de salida al 78º Descenso Internacional del Río Sella, el 9 de agosto a escasos metros del restaurante el puente será un hervidero humano y los margenes del Sella un hormiguero de piraguas.

La fachada del restaurante no pasará a formar parte de ningún catálogo de arquitectura, podríamos decir que pasa totalmente desapercibido si no fuese por el bonito cartel colgante estilo retro y los maceteros sobre una alfombra verde.

Una vez dentro del local es como entrar en un universo paralelo, todo conjuga a la perfección y aunque con ambientes bien diferenciados todas las estancias tienen su encanto propio.

Tres son las zonas de comedor, la primera que nos encontramos tiene un sabor más rústico que conserva los muros de piedra natural y da paso abierto al comedor principal que resulta más moderno pero sin estridencias, sin duda el gran ventanal que se abre al jardín dan una gran sensación de amplitud y luminosidad. Finalmente está la terraza, un vergel de hortensias presidido por una coqueta pérgola donde poder tomar el aperitivo. Tan solo dos exclusivas mesas se abren al cielo y una de ellas lleva mi nombre ya que cuando llame la solicité.

Os recuerdo que es lunes y ya me extraño que estuviese abierto pero para mi fortuna exceptuando a un matrimonio de amigos con su hijo el restaurante estaba a mi entera disposición. Igual os extrañe que me sienta afortunado por estar «solo» pero en mi caso y en este tipo de restaurantes no tengo la necesidad de ser visto, mis visitas son de disfrute personal y no comparto la actitud de aquellos que solo se acercan para ver y ser vistos, allá ellos y su postureo.

Disfrutar de la cocina y el arte de José Antonio Campoviejo y su estrella Michelín debería ser la única premisa, de hecho la atenta Yolanda me ofreció que el menú degustación fuese presentado por el mismísimo José Antonio a lo cual renuncie queriendo ser tratado como un comensal más. Espero que mi comportamiento no le haya sonado a desaire pero el hecho de comentar la existencia de mi blog no quiero que suponga ni un abrir ni cerrar puertas, al fin y al cabo quien soy yo para merecer tantos honores.

El calor apretaba y ya sentado se hacía necesaria la cerveza de rigor, comenzaban las sorpresas. ¿Que cervezas tenéis?, ahora le traigo la carta. Me quede estupefacto y muy gratamente sorprendido por ver que alguien de esta categoría nos tiene en cuenta, y no pude más que felicitarles. No se si se dará la ocasión pero si llegado el caso visitara el Noma y su selección de cervezas esta al nivel de tenemos Mahou y Heineken para mis criterios sería motivo de retirar al menos media estrella.

No solo cuentan con una amplia variedad sino que encima tenían opciones fuera de carta y en este caso me decidí por la Benedictina de los vallisoletanos de Casasola, una rubia suave de 5º de doble malta y segunda fermentación en botella que presenta en formato 75cl, ideal si después se ha de conducir.

El pan de escanda vino acompañado de una mantequilla casera. Por cierto, ¿os suena este plato del camaleón?, si es el mismo que utilicé en mi leche frita para celebrar mi primer mes de blog.

Como tengo por costumbre los comentarios que haré sobre el menú serán escasos pues de principio a fin de los 5 entrantes, 7 principales y 2 postres la excelencia de producto, elaboración y presentación no tiene tacha alguna tan solo apreciaciones personales baldías enfocadas a gustos personales.

¿Estáis listos para alcanzar el Nirvana?, pues sin más demos comienzo por los entrantes.

Bombón de Cabrales y manzana asada con chocolate blanco.

Tortu de maíz, guacamole y cebolla marinada.

Croqueta cremosa de Ibérico.

Macaron de maíz y sabadiego.

Sardina queso de los Beyos y frambuesa.

Pasamos a los principales y aquí me gustaría hacer un inciso, en carta aparecía el Tembloroso de queso Afuega´l Pitu Rey Silo, frutos secos, toques picantes y anchoa que me quedé sin probar pero del que seguro no tendría más que buenas palabras ya que este queso del Rey Silo es el Afuega’l Pitu con mayúsculas.

En su lugar tuve el privilegio de ser el primero en probar un nuevo plato, la coliflor ecológica con encurtidos y anguila. Sin duda un acierto que dará que hablar.

Acelga eco, escanda y picual.

Espárragos blancos (tibios), su jugo ligado, brotes de perifollo. En este quiero destacar el uso del ajo negro del que había escuchado pero que no había probado, esos toques de regaliz me entusiasmaron.

Bonito del norte en escabeche cítrico, ajonegro, flor de ajo.

Ostra servida tibia con contraste de ternera. Magnifica ostra del Eo, muy carnosa y gran tamaño que mezclada con el contraste de ternera y un punto gelatinoso le iba como anillo al dedo.

Por ser lunes no tenían el taco asado de salmón y en su lugar fue sustituido por un virrey con caldo de la marmita, chutney de ciruela y salsa picantosa. No tengo dudas en cuanto al salmón pero creo que salí ganando.

Gochin astur-celta con jugo de cebolla morada. Al igual que en el pescado el punto crocante de la piel con la ternura y firmeza de las carnes merece un marco.

Las tres manzanas, roja, verde y asada. Toda una declaración de asturianía.

Chocolate frito con helado de mantequilla noisette.

Café con sus petit fours.

No tengo más que palabras de elogio para un menú redondo con sabores muy de la tierra y que sin duda harán las delicias de cualquiera que se acerque por Arriondas. El trato ha sido excepcional y me hicieron sentir como en casa, solo me faltaron las zapatillas y el sofá para echar un pigacín.

En su lugar y como continuación de mi lunes al sol no pude más que acercarme a la magnifica playa de Santa Marina en Ribadesella para darme un baño y cabecear sobre la toalla.