Hoy os presento una de esas recetas que fácilmente habrían formado parte de la idea original del blog Food For Dummies. Al final me di cuenta que lo que era sencillo para mi no iba a funcionar con muchos de vosotros y cambié el nombre a Fuego de Mortero, con recetas bien explicadas y documentadas, pero que reconozco ha de gustarte mucho la cocina para elaborar alguna de ellas.
Claro está que este artículo estaría más completo si yo hubiese elaborado el brioche, pero sinceramente, algunas veces necesitamos que «Maggi nos lo de hecho» y en este caso ni ir a comprarlo porque me lo regalaron unas amigas.
El pan de brioche es una de tantas cosas que tenemos que agradecer a nuestros vecinos franceses. Documentalmente nos tenemos que remontar a la normandía del S. XV para encontrar por primera vez alusiones al respecto de este pan dulce enriquecido.
Harina, levadura, leche, huevos, mantequilla y azúcar son sus ingredientes principales y aunque habitualmente forma parte de postres también podremos usarlo para acompañar salados. Los franceses lo combinan mucho con los patés y foie grass.
Aunque la primera idea fue ir al dulce, una apertura de nevera me advirtió que un par de huevos no tenían mucha mas vida, que medio paquete de bacon no daba para grandes alardes y que el queso parmesano siempre es un gran aliado en cualquier receta.
Ahora la duda era si cortar dos rebanadas en plan sándwich o hacer una rebanada XXL. Para las fotos funcionaba mejor la segunda opción así que lo primero es tostarla con un poco de mantequilla.
Rallar el parmesano, gratinar, freír el bacon y en la propia grasa que suelta, freír un huevo. Rematamos con una escamas de sal Maldón y ya tenemos un plato en plan Jamie Oliver, seguro que habréis manchado menos que él.
Para las versiones dulces, como no puedo hacer nada normal, me acabó saliendo el Brioche Naciones Unidas: Brioche (Francia), Oporto Blanco (Portugal), Mantequilla de Cacahuete (EEUU), Guayaba (Islas Canarias), Mermelada de Arandanos (Asturias).
Un clásico de la cocina americana es el peanut butter & jelly, ya se que mucho pensareis que es una combinación asquerosa pero una vez que la pruebas crea adicción. Este contrapunto salado con el dulce, en este caso de los arandanos La Peña, me fascina.
Mientras se tostaba una rebanada y sabiendo que le iba a poner dulce de guayaba se me fue la vista a la vinoteca, ¿y si la impregno de Oporto blanco?. Pues sencillamente, mi niña!, esta para llevarle un ramo de hibiscus a La Candelaria.
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