Casa Pin de Amor – C/ Fueyo, 15 – Tiñana (Siero) Tlf: 985 793 080
Echar la vista atrás y remontarse al pasado produce nostalgia por los buenos momentos disfrutados, pero esto no debe desviarnos del punto de mira que supone mirar al futuro y repudiar esa frase del poeta Jorge Manrique «cualquier tiempo pasado fue mejor».
En Casa Pin de Amor saben de sobra lo que es mirar al pasado, desde 1900 llevan siendo uno de los emblemas de Tiñana. Junto a la plazoleta de la iglesia, se encuentra el que fue primer asador de corderos del concejo de Siero y del que aprendieron muchos de los instalados en sus alrededores.
Charlar con Toñi, su cocinera, me produjo amor y ternura por alguien que ha visto como el mundo de la tecnología les ha sobrepasado y no son conscientes de la gran repercusión que blogs y demás redes sociales hacen por un negocio, en cierto modo estancado.
Aunque cuentan con una buena página web donde dan cumplida cuenta de todo lo bueno que ofrecen, básicamente se siguen moviendo por el boca a boca y una clientela que ya atesora cierta edad.
Pese a su cercanía con el monstruo comercial INTU, las sidrerías, llagares, merenderos, bares de carretera, etc han ido perdiendo auge paulatinamente por esta nueva manera de entender el ocio enlatado de Centro Comercial y sobre todo por el miedo infundido con los controles de alcoholemia.
Hay negocios que han sabido entenderlo y leer las nuevas circunstancias, como el Terrastur de Colloto, que mueve gente para espichas-concierto los jueves ofreciendo autobuses.
Somos españoles y el método americano no funciona. Recuerdo que allí funcionaba el DD (Designated Driver), es decir, cuando salíamos uno se aguantaba sin beber y hacía de taxista. Menuda tragedia, eh!, no beber, que vais todos como piojos y el mundo no se acaba si sólo podéis tomar un vino.
Allá por los 90 era uno de los clásicos que solía visitar mi pandilla y poco a poco fue cayendo en el abandono de nuestras rutinas, por la razón esgrimida anteriormente. Ese abandono sólo fue físico porque mentalmente siempre tuve presente lo bien que allí había comido y sobre todo sus corderos a la estaca.
En el artículo de hoy no encontrareis el habitual reportaje con muchos platos, el gran protagonista fue el cordero, una pieza de 13,6kgs con IGP de Castilla y Leon que nos garantizaba la máxima calidad.
Anexo a la zona del restaurante donde se celebran las espichas, tienen un pequeño cuarto donde por 6 horas cocinaron esta belleza a la que poco más hubo que añadir, unos bollinos preñaos, croquetas de jamón y unas ensaladas y patatas para acompañar.
Cuando Toñi se puso a quitar todos los alambres que lo sujetaban, parecía una auténtica dominatriz del bondage, menuda pericia. Después, machete en mano procedió a descuartizarlo con una soltura y rapidez sólo a la altura de aquellos que llevan muchos años haciendo esto.
El punto y sabor fue coincidente entre todos los comensales, perfecto. A partir de ocho personas podréis replicar esta experiencia que ya os digo, no defrauda.
La repostería casera también es uno de los fuertes de Casa Pin de Amor. Sus tartas de turrón, manzana y casadielles son buenísimas y ponen el colofón perfecto a cualquier comida.
Por si fuera poco, llevarse a casa los restos de cordero os garantizará alguna comida extra simplemente calentando en el horno o siendo base de otras recetas.
Si os acercáis, no dudéis en mencionarme, seguro que le hace ilusión saber que este tipo de medios funcional e igual se anima a comprar un teléfono de última generación.
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