Sea Me Peixeria Moderna – Rua do Loreto,21 – Lisboa Tlf: +351 21 346 1564
En el artículo de hoy, además de seguir con la ruta turística por episodios, os invito a conocer Sea Me, un concepto de pescadería moderna donde podemos elegir las piezas y cantidad de pescado o marisco que nos pueden cocinar sobre la marcha.
La primera aproximación en su ubicación del Barrio de Chiado había sido infructuosa, largas colas y reservas para el día siguiente que sólo dejaban alternativas más propias de una merienda, hizo que nos olvidáramos de seguir las recomendaciones de mi amiga Marta.
Lisboa no cansa, hay mucho que ver, pero por cercanía de poco más de 30kms, uno no debe dejar de visitar Sintra. Esta era mi segunda vez y no quería que mi Cenicienta se perdiera la visita a un palacio de cuento, el Palacio da Pena.
Agosto hace de las suyas y llegar hasta el alto nos cuesta más de una hora, una caravana de coches que nos anuncia el posible infierno. Casi derrotados, pensando en volvernos de vacío porque no había sitio para aparcar, en el último parking disponible, ya en la bajada, encontramos la fortuna.
Ahora había que lidiar con las colas para sacar los tickets y ya dentro, otra cola para acceder a su interior. Así como os dije que para El Castelo de Sao Jorge no merecía la pena, aquí nunca dudaría, es una visita impactante.
Como no os voy a aburrir con historias de reyes y princesas, lo mejor es que veáis unas fotos y ya que estamos en un blog de cocina, nada mejor que visitar las cocinas y el comedor.
De regreso en Baixa podemos organizar otra ruta turística por la tarde. Mi recomendación es tomar uno de los numerosos tuck tuck indicando el final del destino en la Torre de Belém. Además de ser divertido y una prueba de fuego para vuestros empastes, vais viendo la ciudad y os evitáis una larga caminata.
La Torre de Belém, el Monasterio de Los Jerónimos, el Monumento a Los Descubridores, el Puente de 25 de Abril son algunas de las visitas clásicas de este trayecto.
Unos 200mt antes de pasar por debajo del puente nos desviamos hacia el interior en busca de la Rua 1º de Mayo, en ella podremos visitar el Museo da Carris que muestra la historia del transporte público. Pero si lo vuestro no son los tranvías, un poco más allá encontrareis LX Factory un histórico complejo industrial lleno de espacios artísticos, cafés y tiendas variopintas.
Hemos regresado caminando, un trayecto de 7,5kms bajo un sol de justicia, estamos cansados, hambrientos y sedientos y se nos vuelve a cruzar en el camino Sea Me. Un déjà vu, mira por donde si que nos encajaría una cena tempranera, probamos suerte y bingo!!!
El local resulta muy atractivo, tienen un gran trabajo de escaparatismo. Ya dentro nos encontramos con un espacio para el dj, un muestrario de ostras y champagne, una barra con sillas altas, bajamos un par de peldaños y tenemos el comedor.
Mesas bajas con unas atractivas sillas de madera, paredes blancas con ladrillo visto, a la izquierda una barra de sushi y al fondo la pescadería con su nutrido muestrario y una cocina vista.
Nos invitan a visitar la pescadería por si nos interesa alguna pieza. No soy de los que miro mucho los precios, para mis artículos siempre busco buen material pero algunas cosas allí expuestas me dejaron boquiabierto. Bígaros a 37,50€/Kg, ñoclas a 31,50€/kg, oricios 6€/ud son precios que asustan a un asturiano, y no quiero entrar con los peces que a bote pronto también me parecieron desfasadísimos.
Primero vamos a saciar la sed y echar un vistazo a la carta, no sea que lo visto en la pescadería fuese un espejismo. Pues va a ser que los precios en los platos de carta están muy aquilatados y se ve claramente donde está el negocio. La cuenta final fueron 68€ que como veréis a continuación, no resultó para nada abultada.
Mientras elegimos, nos ponen unos aperitivos que te endosan de remanguillé y que al final te cobran como cubierto, a 3,50€. Estamos de vacaciones en modo zen pero como me pillen un día con el pié cambiado…no resulta de recibo, la verdad.
Para empezar buscamos un par de platos para compartir y ambos resultaron sorprendentes. Primero unos chocos en tempura negra, abundantes, gruesos, sabrosos y con una tempura perfecta.
Seguimos con unas almejas bulhao pato, que no son otra cosa que unas almejas con ajo, cilantro, aceite, limón y vino blanco que toman el apellido del poeta portugués que elogiaba en sus poemas algunos platos de la gastronomía portuguesa.
Como principales un arroz negro bien presentado, que estaba con mucho color y melosidad.
Y como no, vuelvo con el bacalao en una elaboración que no recuerdo el nombre. Un buen taco y esta vez con buena cocción y unas hermosas lascas. Se acompañaba de unas patatas, grelos y ajitos.
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