Bibo Tarifa – N-340, Km. 76,6, Valdevaqueros Tlf: 956 926 422
A estas alturas supongo que a pocos descubriré mi admiración por el trabajo de Dani García, y por qué no decirlo, su valentía al cerrar próximamente su restaurante gastronómico de tres estrellas Michelín. Muchos han cantado a Machado, entre ellos Manolo García, que en su Seguimos Siendo Levedad nos recuerda que «caminante, no hay camino, se hace camino al andar» y si algo hay en este malagueño, es inquietud por explorar nuevos caminos para seguir creciendo sin perder ilusiones.
En mi última visita a Marbella de escasas 24 horas estaba programada la visita al Restaurante Dani García, pensando en su menú Madre, hubiese sido una temeridad tratar de encajar a calzador una nueva visita al Bibo o Lobito de Mar. Precisamente el primero nacía más o menos cuando este blog y ahí comenzó una línea de trabajo muy atractiva, que de alguna manera acercaba la alta gastronomía con tickets medios más controlado. Su éxito le ha llevado a abrir en Madrid y este pasado día de San Juan, en Tarifa.
Como si de una gran opera se tratara, me gusta mucho la puesta en escena. Cada detalle está cuidado a la perfección y ya sean sus cartas, vajilla, música, vestuario, decoración, merchandising, etc, tiene un enfoque muy americano que le permite reproducir el modelo con el mismo éxito en cualquier continente y así Doha (Qatar) será una de las próximas aperturas.
Las recientes vacaciones en Zahara de los Atunes me facilitaron la visita al Bibo Tarifa. Siempre que bajo, Tarifa está entre los lugares que debo volver y esta vez, con más razón debía acercarme a la playa de Valdevaqueros para conocer un Bibo diferente. Le ha dado una vuelta de tuerca aunando un take away y un espacio watersports para disfrutar de los deportes náuticos en el lugar bendecido por Eolo.
Por si las opciones anteriores fueran pocas, dispone de una zona chill out exterior donde al ritmo de un Dj podremos tumbarnos en un chaise lounge para tomar un cocktail, mientras potenciamos nuestro moreno. Aunque el día elegido fue el peor de las vacaciones, climáticamente hablando, el sol lució a ratos y por supuesto esa luz gaditana está a años luz del gris mortecino al que estamos acostumbrados en el norte.
Quizás este hecho nos favoreció, porque fuimos a la brava, sin reserva y quizás demasiado optimistas. Hubo suerte y previa espera, nos pudieron encajar en una mesa de un local que estaba repleto. Estábamos preparados para esperar incluso al turno de cena, no sería por falta de cosas que hacer mientras tanto.
Tras abandonar un extenso parking de pago, que imagino esta polvoriento porque no dejan asfaltar por aquello de preservar el entorno (por toda la zona suelen ser así), embocamos una larga pasarela de madera que da acceso al «Chiringuito Deluxe». Por más que el mar esté frente a nosotros y la duna de Valdevaqueros reclame su espacio natural, la entrada tiene aspecto de fachada trasera, porque este tipo de construcciones han de ser contempladas y concebidas como una prolongación del mar hacia la playa.
El espacio rectangular está dividido en dos grandes estancias con una gran barra de bar y cocinas a su espalda. La decoración resulta muy atractiva y refrescante, pero si he de destacar algo son los grandes ventanales que dejan a la vista la mejor decoración natural posible, además de aportar más luz que la del choque de espadas laser de Luke Skywalker y Darth Vader.
Salimos a la terraza y a mano izquierda tenemos el centro de deportes naúticos, una barra de bar, un stand para el dj, unas mesas que mejor recomiendo para cenar por aquello de la solana que pega al medio dia, la pasarela que da acceso a la playa y en medio la zona chill out llena de butacones, chaise lounge, puffs y alfombras de los belgas Roolf Living, donde sentirse como un beduino en medio del oasis.
Y hablando de beduinos, estos camellos necesitaban llenar el depósito y aunque la cerveza Cruzcampo no sea santo de mi devoción, la versión IPA que han sacado se deja tomar.
El servicio de pan que cobran aparte merece la pena, no solo el pan casero tipo focaccia, la mantequilla francesa que acompaña es de primer nivel.
Aunque las cartas de Bibo son muy extensas, anteriores visitas a Marbella y Madrid hicieron que tratara de hacer una comanda donde poder mostrar platos diferentes. Así comenzamos con un tiradito de lubina aliñado con jengibre, soja, yuzu y shichimi togarachi, un plato delicioso y muy refrescante.
Seguimos con el brioche de ventresca, un pepito diferente donde la calidad y punto del atún mezclado con el pimiento verde y ese huevo de codorniz, lo convierte en bocatto di cardenale.
El guacamole hecho al momento se sirve en un molcajete y además de los ingredientes tradicionales añade edamame, pipas de girasol y hierbabuena. Se acompaña de unos nachos y nosotros lo pedimos como acompañamiento de nuestros platos principales. Si sois de los que os llenáis fácilmente andar con ojo, es muy abundante.
Si sois hamburgueseros no podéis perderos su Burguer Bull, muy poco que ver con el ejemplar del McDonalds. Aquí hablamos de 180grs de carne de retinta a la parrilla, la salsa Bull, queso havarti, lechuga trocadero y patatas fritas. De hecho este plato lo repetimos, ya quedó registrado en el artículo de Bibo Madrid y ahora los panes vienen grabados.
Yo me despaché con la costilla de ternera a la parrilla con su puré de patata especial y french garden. La salsa que riega el conjunto es de quitar el hipo y el punto de la carne es brutal, el hueso se saca limpio sin ningún esfuerzo.
Aprovechando que el sol empezaba a picar con fuerza, los cafés nos los tomamos en el chill out con el riesgo de caer en los brazos de Morfeo, no se podía estar más cómodo y relajado.
A la salida me hice con los libros de recetas del Bibo, así que Dani, estate atento para dedicármelos, porque no sabes nunca donde puedo aparecer.
Próxima parada Lobito de Mar en Madrid quien sabe si de camino o regreso de Doha, no estaría mal, ¿verdad?.
Editado 31/08/22
Tras dos años sin poder bajar a Zahara de los Atunes por causa de la puñetera pandemia, por fin me he podido desquitar con una excelente última quincena de agosto. Por supuesto, un día siempre lo dedico a pasarlo en Tarifa y el destino de comida lo tengo claro.
En esta nueva visita he comprobado el cambio en la terraza, se han instalado unas estructuras con camas balinesas y un escenario donde hacen conciertos. Por lo que respecta a la comida, he probado nuevos platos y todos mantienen el mismo gran nivel de todo lo que sale de sus cocinas.
Por un lado los brioche cojonudos con picada de chorizo de Ronda, salsa chipotle y huevo de codorniz, brutales!!!!; chirashi sushi tarifeño, un delicioso atún picante sobre arroz de sushi; para finalizar la lubina entera en adobo frita, me encantó.
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