Cuando llevas tantas recetas publicadas, resulta complicado estar siempre al 100% de inspiración para poder ofreceros cosas nuevas. Por otro lado, el tratar de no repetir si bien resulta variado, por otro lado hace que platos que repetiría, tarden mucho en volver a aparecer en mi mesa.
Si buceáis por el menú seguro encontrareis platos de cordero o lechazo, pero hoy no me he resistido a darle un giro hindú a una paletilla de cordero. Es un plato que se hace con muy poco esfuerzo y resulta muy gratificante, bueno en general todo lo que salga de un horno, y ya si tengo el día con humor, me animo a encender la barbacoa y consigo la excelencia con los sabores ahumados.
Nunca me he puesto a hacer mi propia pasta tandoori, son muchas especias y la verdad, confío mucho en la marca inglesa Sharwoods. Ya sabeis que en el Reino Unido se come muy bien cualquier tipo de elaboración de la India, cuentan con una gran comunidad, una herencia de su pasado colonizador.
Esta pasta tandoori es incomestible por si sola, no os servirá como salsa. Ha de cocinarse sofriéndola o mezclándola con yogur para hacer macerados, como en este caso. Algo tan sencillo como mezclar una buena cucharada sopera junto con dos o tres de yogur sin azúcar os servirá para embadurnar una carne y tras una buena refrigeración que transfiera sabores, estará listo para cocinarse.
La verdad que no tenía muy claro como comerla tras el horneado, había pensado en una setas, cocer un poco de arroz o incluso unas patatas fritas pero tenía unas endivias que compré para dipear con una salsa de queso y fue cuando el cortocircuito acabó por iluminarme. Las endivias por su forma cóncava son ideales para hacer un finger food o comida con los dedos, lo que hace de cualquier elaboración que sea más desenfadada.
Aunque no cocino para congelar, ni en mi vida diaria me apetece usar el batch cooking, soy pura anarquía y capricho, de vez en cuando hago un poco más de ciertas cosas pensando en poder aplicarlas a otras recetas. Este es el caso de los tomates cherry confitados y el pesto de albahaca que me sobró de una Ensalada Leña que volví a repetir.
Habría estado fenomenal acompañar con unos naan que le van al cordero como anillo al dedo, pero aunque se trata de un producto más relacionado con la cultura árabe, decidí integrar la sémola de trigo, comúnmente conocido como cous cous. La idea inicial era poner el cous cous en la base del barquito y después montar todo encima y finalizar salseando con el pesto, pero sobre la marcha y dado que para soltar los granos añadimos aceite, qué mejor idea que la de añadirle el pesto, además de potenciar los sabores me aportaría color.
Dicho todo esto, la receta no tiene grandes misterios, al final, si lo tenéis todo preparado solo hay que hacer una labor de ensamblaje. Por último os comentaré que el cordero lo tuve hora y media haciéndose, fui jugando con temperaturas entre 160º-180º para acomplarlo a mi hora de comer. Una buena forma de saber si nuestras carnes están hechas, es tomarles la temperatura interior, en el caso del cordero habrá de ser de 80º.
Ingredientes:
1 paletilla de cordero, 1 cda de pasta tandoori, 3 cdas de yogur griego, 50grs de sémola de trigo, 50grs de agua con una pizca de sal, 1 pomelo, tomates cherry, 1/2 limón, 2cdas de azúcar moreno, 1 manojo de albahaca, 1 diente de ajo, piñones, parmesano rallado, AOVE, agua y sal.
Lo primero que deberemos hacer es mezclar la pasta tandoori con el yogur y embadurnar bien nuestra paletilla de cordero, filmaremos y refrigeramos durante 24h aunque podéis acortar este tiempo, pero yo no bajaría de las 8h.
Para el pesto pondremos un pellizco de sal en un mortero, machacaremos el diente de ajo pelado, añadiremos las hojas de albahaca sin los tallos, cuando tengamos una pasta ponemos los piñones, molemos y poco a poco vamos ligando con AOVE en hilo, al final agregaremos el parmesano rallado al gusto. Reservamos.
Para los cherry les haremos una pequeña cruz con el cuchillo en la zona del pedúnculo, los escaldamos durante 15 segundos en agua hirviendo con una pizca de sal, los sacamos a un bowl con agua fría para cortar la cocción, los pelamos. En una sartén pondremos el azúcar moreno con el zumo de limón, cuando se licue añadimos los cherry e iremos removiendo de vez en cuando para caramelizarlos. Sabremos que están listos cuando todo el agua que suelten ha desaparecido y nos queda una salsa algo pegajosita.
Para hacer el cous cous lo único que tenemos que hacer es poner en un bowl la misma cantidad de sémola y de agua hirviendo con una pizca de sal. Dejamos actuar unos minutos hasta que se absorba todo el líquido, luego le echaremos un poco de aceite, en este caso el pesto, para con un tenedor ir disgregando los granitos que tienden a compactarse.
En este caso para dar color añadiremos unos gajos de pomelo que le van muy bien para contrastar y refrescar. Cortamos los extremos y guiándonos por las pieles interiores haremos un corte en chaflán para sacar los gajos limpios. Reservamos.
Con el horno precalentado y transcurrido el tiempo de maceración en la nevera, pondremos nuestra paletilla en una bandeja y horneamos durante hora y media a 160º-180º, a mitad de cocción le daremos la vuelta. Cuando terminemos la deshuesaremos y la trocearemos en piezas de nuestra conveniencia, para estos barquitos ni muy pequeños ni muy grandes.
Ya esta todo listo para el emplatado final. Tomamos las hojas exteriores de la endivia que son las más grandes, rellenamos con el cous cous, alternamos trozos de cordero con los tomates cherry y un gajo de pomelo, finalizamos escurriendo un poco del aceite del pesto.
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