Supongo que no seré el único al que le pasa tras regresar de cualquier viaje, que de vuelta en casa tratamos de seguir prolongando la estancia a través de comida o bebida que nos hemos traído. Aún recuerdo tras el viaje a Cuba los Cohiba Churchill que me apretaba por semana con un par de mojitos viendo cualquier película o serie, o el arrebato de salchichas con las curry wurst tras la visita a Berlín.

Tras el viaje a Tailandia y siendo mi cocina asiática favorita hasta el momento, un mes y pico después de nuestro regreso, comienzo a echarlo mucho de menos. Tras los reportajes en YouTube y en este blog con la Guía de Tailandia 11 Días, ya tocaba cocinar y nada mejor que una básico para nuestro fondo de armario que esta pasta de chili, tan presente en muchas recetas tailandesas.

Aunque seguiré una receta tailandesa, esta pasta la podremos utilizar en general con cualquier tipo de comida asiática aunque untada en algún sándwich que se me ocurra, debe estar de muerte. Del viaje apenas me traje comida, un par de salsas, un par de bolsas con ingredientes deshidratados para la sopa Tom Yum y una buena bolsa con chili thai molido. Hay una tienda de comida asiática en Lugones que es fascinante, tiene de todo y encima son majísimos y muy serviciales, te ayudan con cualquier duda. Otra alternativa es pedir por internet, no hay producto que se resista.

En la tienda también compre un bote de esta pasta de chili pero me apetecía probar con una receta casera que siempre será más saludable al ser todo fresco sin ningún conservante o potenciador de sabor. La receta no es nada complicada una vez que consigues todos los ingredientes, eso si, ya puestos he querido ser muy tradicional y exceptuando la molienda del chili, el resto ha ido todo a mortero, nada de robots.

Los camarones deshidratados pero sobre todo, la salsa de pescado, deja un tufo muy asqueroso y en casa os pueden reñir si no cerráis las puertas de la cocina. Le doy la razón a mi novia, huele como en los mercados, pero de eso se trata, la riña para mi se convirtió en halago, lo estaba haciendo bien y por supuesto nada tiene que ver el olor con el sabor.

Pronto os enseñaré alguna receta donde usar esta pasta, pero de momento disfrutar del vídeo y de la receta, es coser y cantar.

Ingredientes para unos 300grs:

30 chiles thai secos o 12grs de polvo de chili, 100grs de ajo, 200grs de chalota, 50grs de camarón deshidratado, 60grs de azúcar de palma, 4 Cdas. de salsa de pescado, 4 Cdas de pasta de tamarindo, 1/2 taza (100grs) de aceite vegetal (soja, girasol).

El primer paso será pelar y picar tanto el ajo como la chalota, lo haremos en una fina brunoise para facilitar luego el procesado en el mortero. Por otro lado si no disponemos del chili en polvo al que yo le dí un molido más fino en el molinillo, deberéis cortar y retirar las semillas de los chiles para triturar y convertir en polvo.

En una sartén con un poco de aceite tostaremos los camarones que una vez fritos habremos de secar con papel de cocina absorbente. En el mismo aceite pocharemos primero el ajo y tras un par de minutos a fuego medio la chalota, no necesitamos que quede muy dorado. Necesitaremos añadirle un poco mas de aceite.

Mientras se pocha, añadimos el chili y los camarones al mortero y comenzamos a trabajar la pasta, sed pacientes porque es un proceso laborioso. Una vez que tememos todo mezclado añadimos el ajo y la chalota escurrido de aceite, tiene una humedad, acetosidad que nos ayudará a que la pasta se ligue a partir de ahora mucho mejor. El resultado debe parecerse a una sobrasada.

Pondremos en la sartén el resto de aceite y a fuego muy suave agregamos la pasta obtenida del mortero, añadimos el azúcar de palma que poco a poco al calentarse se fundirá e iremos mezclándolo.  Seguimos incorporando la salsa de pescado y por último el tamarindo, integramos todo removiendo frecuentemente durante cinco minutos.

Retiramos del fuego y dejamos reposar hasta que se enfríe para guardarlo en la nevera, aguantará un mes. Si preferís podremos hacer dosis en una cubitera para congelar o repartirlo en bolsitas de plástico para congelar.