Ya lo anunciaba a gritos en la última receta del Nam Prik Pao o Pasta de Chili Thai, esa elaboración ese base de muchas recetas tailandesas y tan pronto la terminé, enlacé con esta receta de pollo con anacardos.

Es un clásico donde quiera que vayáis en Tailandia, es uno de los fijos en muchas cartas y al igual que los pad thai, resulta delicioso. Para esta ocasión lo vamos a acompañar de un arroz jazmín aunque cualquier calibre de fideos de arroz son las formas en las que os podréis encontrar esta elaboración para hacerla más completa.

Aunque he utilizado la pechuga, a priori una parte más seca que el muslo o contra muslo, al hacerle este rebozado ligero con la soja y la harina de trigo, crea una cobertura que preserva la jugosidad. Por lo que respecta a los anacardos no contaba con encontrarlos en crudo, pero no ha sido tarea difícil, aunque si no los hayáis, a los fritos salados los aclaráis en agua y los secáis y funcionarán a la perfección.

Las verduras que añadimos no son nada fuera de lo normal, lo único el cebollino chino pero unos ajetes tiernos creo que funcionan igual. Aquí la clave de la elaboración es el salseo, es lo que une todo y le confiere ese sabor tan asiático. Bien es cierto que mis añadido de lemongrass y lima kafir no van en la receta original pero al tenerlos frescos y ser tan aromáticos me apeteció añadirlos, en vuestro caso podréis obviarlo.

Si no hacéis vuestra propia pasta de chili, la encontraremos fácilmente en tiendas de alimentación asiáticas porque como os he dicho, es un ingrediente básico de muchas recetas.

Lo siento pero hoy no estoy muy charlatán, ya estoy pensando en los planes de Semana Santa y esta receta no da para mucho más, de hecho veréis que el vídeo es más corto de lo habitual, en menos de 9 minutos os hago viajar al Sudeste Asiático.

Ingredientes:

1 pechuga de pollo, 50grs de anacardo crudo, 1/2 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 pimiento rojo picante, 15grs de cebollino chino, 1 bastón de lemongrass, 1 hoja de lima kafir, 4 guindillas thai secas, 1 1/2 Cda de soja, 2 cdas de harina de trigo, 2 cdas de salsa de ostra, 1/2 cda de azúcar, 1/2 cda de pasta de chili, un poco de agua, y aceite de girasol.

Lo primero que haremos es limpiar muy bien el pollo y cortarlo en dados. En un bowl ponemos 1/2 cucharada de soja y mezclamos con el pollo, agregamos las cucharadas de harina y mezclamos bien hasta que el pollo quede bien impregnado.

Pondremos nuestro aceite a calentar a fuego fuerte e iremos friendo el pollo por tandas para que tenga holgura de movimiento, luego lo pasamos a una fuente con papel absorbente para secarlo y dejarlo crujiente.

En el mismo aceite freímos los anacardos y tendremos mucho cuidado porque al estar el aceite caliente en menos de 30 segundos se nos freirán. Los pasamos a la fuente con el pollo y le espolvoreamos las guindillas picadas.

Ahora vamos a preparar la salsa echando el azúcar en el agua para diluir, seguimos con la salsa de soja, la salsa de ostras y finalizamos con la pasta de chili para remover toda la mezcla que dejamos reposar momentáneamente.

Ahora pelamos los ajos y cebolla, cortamos en brunoise y la cebolla en trozos gruesos. El pimiento desvenado y en tiras y el cebollino en chaflan, el lemongrass cortado en trozos y machacado.

En un poco de aceite de girasol salteamos el ajo y la cebolla, cuando empiece a brillar le añadimos las hojas de lima kafir y el lemongrass cortado, salteamos y añadimos el pollo con los anacardo para que cojan un poco de calor y luego vertemos nuestra salsa, mezclamos y tras un par de minutos a fuego suave para que se armonicen todos los sabores, servimos en esta ocasión con un arroz jazmín.