Llevaba unos cuantos días algo vago, un verano que parece no tener fin me ha vuelto algo perezoso ya que he preferido tomar el sol en mis horas de comida a ponerme con recetas largas y elaboradas. Si a esto le unimos que los fines de semana comienzan los jueves y le doy a la mandíbula en exceso, por semana debo moderarme.
Sea como fuere y disculpas a parte, busqué la chistera y me saqué el conejo. Todavía no había hecho ninguna receta y es una carne que encanta, me parece muy sabrosa y no es nada grasa ni aporta mucho colesterol sin embargo tiene un alto contenido proteico, bastante más interesante que el pollo a mi modo de ver.
He comido mucho conejo, reconozco que tengo debilidad por él. Mi abuela y madre lo suelen hacer bastante, guisado que con unas patatinas pequeñas impregnadas en la salsa está de muerte.
La receta fue pensada con la almohada, hice un escaneo mental de todo lo que tenía en la nevera y despensa y se me ocurrió que esta combinación podía salir bastante bien. Conseguiría unos toques bastante orientales rebajados con el yogur griego, así que solo me quedaba buscar un conejo al que meter mano.
Ingredientes:
1 conejo, 1 cebolla, 1 puerro, 1 lima, 1 trozo de jengibre natural, jengibre en polvo, 1 yogur griego, salsa de jengibre agridulce, pasas sultanas, thai chili, almendras laminadas, licor de lichi, sal y aceite de oliva virgen extra.
Pelamos y cortamos en brunoise la cebolla y el puerro, pelamos y rallamos el jengibre natural y cortamos los chiles thai. Paralelamente adobaremos el conejo con sal y jengibre en polvo.
En una pota baja con no demasiado aceite doramos bien el conejo, cuando este casi listo añadimos un buen chorro del licor de lichi, removemos y dejamos que evapore. Retiramos y conservamos el conejo en un plato a parte.
En otra pota baja o tras limpiar la que utilizamos para el conejo (no usé el mismo aceite porque no quería esa tonalidad tan oscura que había dejado el dorado del conejo) con un poco de aceite pochamos a fuego bajo para que no coja color el puerro, cebolla, pasas y chili, cuando este pochado añadimos el jengibre rallado, un par de cucharadas de la salsa de jengibre y chili agridulce, y el zumo de una lima, removemos un minuto e incorporamos el yogur griego, ligamos un par de minutos y añadimos el conejo, tapamos y lo dejamos terminarse durante unos 5 minutos a fuego bajo.
En este caso me incliné por una salsa más tosca, sin triturar pero si os gusta más podéis triturarla para lo cual no hubiésemos añadido las pasas al pochado para añadirlas al final o quizás tal y como lo he hecho pero añadiendo en la presentación más pasas.
Al final he repetido receta el 8/02/15 y así es como quedaría con la salsa pasada. Prescindí del picante, las almendras las añadí a la salsa y las pasas hidratadas en licor de lichi las puse en la decoración junto con un mi naranja china madura.
Montamos el plato y esparcimos unas almendras laminadas sin tostar y un poco de shichimi togarashi para dar color. El motivo decorativo elegido esta vez ha sido una naranja de la china, verde.
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