Casa Cristina – La Pruvía, s/n – Tellego (Ribera de Arriba) Tlf: 985 796 251
Me hace especial ilusión escribir este artículo porque en el se encierran recuerdos imborrables de juventud y ha sido la constatación de que los viejos rockeros nunca mueren.
Corrían finales de los años ochenta cuando mi pandilla de amigos empezamos a estar motorizados. Eran días de desfogue y desenfreno, la irreverente juventud daba con nuestros huesos en infinidad de lugares cercanos a Oviedo donde nos desplazábamos cada fin de semana con el propósito de acabar con las existencias en cocina y bodega. Eran otros tiempos y un 0,8 de alcoholemia estaba dentro de la legalidad y no era impedimento para disfrutar sanamente de un fin de semana.
Con los años todo ha cambiado y creo que mucho negocio de hostelería se ha resentido. Nosotros mismos somos claro ejemplo, ya que ahora, rara vez salimos de Oviedo a cenar, y realmente lo echo mucho de menos. Variedad y buen hacer en menos de 10kms a la redonda sobra en el entorno de la capital del Principado además de encontrarnos inmersos en plena naturaleza.
Tanto han cambiado las cosas que en mi reciente visita tuve una discusión referente a los horarios de apertura. En Casa Cristina ya no se dan cenas desde hace muchos años, lo defendía a capa y espada y la propia Cristina se encargó de darme la razón. Fin de la discusión, tenía razón y parece ser que muchos años de navegante. ¿En serio soy tan mayor?.
Cuando fijamos Casa Cristina para una comida de trabajo sentí gran alegría, tenía muchas ganas de volver. El lunes me extraían las muelas de un juicio que nunca he tenido. Tres del tirón y mucho miedo en el cuerpo hacían presagiar una lenta recuperación, sin embargo en menos de 48 horas pude disfrutar de esta experiencia al completo con los excesos de antaño.
En el concejo de Ribera de Arriba, pasada la térmica, giramos a la izquierda si venimos de Oviedo y en 1,5kms. llegamos a Tellego dejando atrás una preciosa curva que le mete un buen mordisco al desnivel. Casa Cristina no tiene pérdida, una casa de piedra con una buena terraza ajardinada y unas pérgolas que en verano nos protegerán del sol sin que se nos caliente las más que seguras botellas de sidra que beberemos antes de comer.
Entramos por un lateral y nos encontramos con un amplio comedor y una barra a media utilización pues hay unas mesas emplazadas contra la misma. Otro pequeño comedor privado completa su capacidad y aunque se está estudiando una ampliación se me antoja escaso para el volumen de gente que se mueve. Un miércoles cualquiera de un frío invierno y allí no cabía un alma más.
Cristina Buznego es el corazón del negocio familiar y parece que los años no pasen por ella, está igual que como la recordaba. Su hija Rosa ha heredado esa sonrisa permanente y un trato con el cliente que nos hace sentir como si fuesemos a comer a casa de nuestra madre o a visitar a la abuela en el pueblín.
Como ya os comenté antes, solo sirven comidas y la reserva se hace necesaria. No es recomendable aparecer por sorpresa, oler esos guisos y tener que marcharse por donde hemos venido puede ser un golpe muy fuerte para la moral.
La cocina que nos encontraremos es la propia de una guisandera, platos elaborados con mucho mimo y oficio. Una materia prima de excelente calidad, «de casa», embutidos de elaboración propia o de otras casas de confianza.
Un menú con 3 primeros, 3 segundos y algún postre más a elegir. Sin duda, lo mejor, es ser un grupo nutrido para poder probar todo. Con hambre no vais a quedar y en caso de que no os llegue seguro que Cristina os ofrece un poco más.
Fabes con almejas. No las probé porque no me da más por ellas, manías mías, o fabes o almejes pero juntas no me gustan.
Vaya problema, ¿no?, en absoluto. Dos platazos de un pote de berzas bien ligado con un excelente compango no me hacen sentirme culpable por no probar las fabas con almejas.
Un clásico de Cristina, su famoso pitu de caleya. Tal y como lo recordaba, esto si esta rico y no un simple pollo. De lo que se come se cría, de ahí la gran diferencia entre uno y otro.
El cordero guisado parece mantequilla, los huesos quedan totalmente limpios sin esfuerzo, la carne se despega sola.
El bacalao se desmembra en unas magníficas lascas.
Arroz con leche muy cremoso, tarta de queso o frixuelo relleno de compota de manzana son algunos de los postres que rematarán a la perfección una comida que a buen seguro os animará a echar una buena siesta.
Recordar viejos tiempos y tener la sensación de que nada ha cambiado es la mejor señal de que en Casa Cristina se siguen haciendo las cosas bien. Espero que no pase tanto tiempo hasta mi próxima visita, sería imperdonable.
https://www.facebook.com/pages/Casa-Cristina/182245925121054
Pues yo NO lo recomiendo, he ido hace poco x primera vez y para no volver.Para empezar nos sentamos a comer y pedimos 6 d fabas con almejas y 2 normales, nos traen todas con almejas y a mi q no me gustan le digo q se equivocaron, me contestan q no q tuvieron mucha gent y q no tienen otra comida, solo eso y pollo (creo q hubiera sido mas correcto avisarnos antes d sentarnos a comer ), el trato hacia nosotros x parte d la camarera pelirroja q hay alli fue denigrant al decirle q nos habiamos equivocado al pedir un postre (tuvo q salir la hija d la dueña a mediar xq solo le falto echarnos y todo el delito q cometimos fue pedir un arroz con leche en vez d una tarta d queso ) y para acabar después evidentement d la mala hostia 20 minutos esperando a q nos cobraran xq solo puede cobrar Cristina, el resultado…..UNA Y NO MAS SANTO TOMAS…sitios dnd comer bien en asturias sobran
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Siento que hayas tenido una mala experiencia y puedo llegar a entender tu cabreo. Un mal día lo tiene cualquiera. De todas formas agradezco tu interactuación en mi blog.
Un saludo
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