Somio Park – Carretera Gijon-Alto del Infanzón – Gijón Tlf: 985 333 030
Escribir este artículo tras seis meses desde que hice mi visita me resulta muy chocante e impropio por varias razones: la primera es que tanto tiempo resulta excesivo incluso para un blog que no tiene ninguna presión editorial. La segunda razón es por la descortesía ante mi amiga Marta que fue la que me invitó a esta cena el pasado 5 de junio.
El tiempo decimos que se pasa volando cuando realmente disfrutamos de lo que hacemos y si pensáramos en una hipotética cotización en el Mercado de Valores sin duda este alcanzaría millones de transacciones y un elevado valor. Con el reciente fallecimiento de mi padre de forma inesperada, lo hubiese invertido todo en comprarle tiempo.
Me viene a la mente una película protagonizada por Justin Timberlake llamada In Time, me gusto bastante quizás por el argumento tan atractivo. En el año 2161, el gen del envejecimiento humano ha sido desactivado. Al cumplir los veinticinco años, las personas dejan de envejecer, pero sólo tienen un año más de vida. Transcurrido ese año, mueren de un ataque cardíaco a menos que «ganen» tiempo y rellenen con él sus «relojes de vida», que llevan la cuenta regresiva como un reloj digital en sus antebrazos izquierdos.
Aunque el tiempo pase lo importante es tener memoria para acordarse de los buenos momentos, esos perduran toda la vida ya que de los malos me encargo de enterrarlos. Este día fue uno de esos y comenzaría con una visita a la cervecería Donan Castle donde el simple hecho de beber una St Bernardus de barril ya debería poner una sonrisa en cualquier boca.
Nos encontramos en Gijón, uno de esos días de tiempo raro pre veraniego en los que acabaría lloviendo. Supongo que un día caluroso incluso podría apetecer subir caminando hasta Somió, tomar algo en un merendero y acabar cenando pero realmente el día no estaba para ello.
Somió es uno de los pulmones verdes de Gijón y las instalaciones del Somió Park son un claro exponente. Amplios jardines y aparcamiento hacen que este lugar además de su restaurante se posicione como una de las opciones de la zona para celebrar cualquiera de la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones).
Nunca me coincidió alguna celebración pero supongo que los salones serán magníficos si están a la altura de lo visto en el restaurante. Un lugar agradable con una decoración generosa en color y estampados que alterna con acabados de piedra natural.
Disfrutamos de un menú diseñado bien pensado y equilibrado en proporciones. Sin duda se notaba que están acostumbrados a este tipo de servicios, que incluso cerraron con una degustación de dos cocktail denominados “Noches de Somió”.
Como aperitivo unos tejaditos de quesos asturianos y unas croquetas de jamón ibérico.
Empezamos con un timbal de langostinos crujientes y setas.
Risotto de berberechos. Le faltaba más potencia de sabor aunque hubiese sido del queso.
Bacalao confitado a baja temperatura con garbanzos, verduritas y caldo de cocido. Hay nombres que debían revisarse, una punta de esparrago no son “verduritas”. El bacalao estaba perfecto y el cocido muy rico, un plato redondo.
Goloso de ternera con parmentier trufado. Unas buenas carrilleras.
De postre, brownie de chocolate negro con capuccino de frutos rojos y chocolate blanco.
Fantástica jornada de viernes donde no me importó ser invitado, con la buena compañía no había plato que pudiese enturbiar la noche y en este caso también acompañó.
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