
Seixeliño – Avda de la Lanzada, s/n – San vicente do mar Tlf: 653 729 987
Ubicado entre O Caballo y el Asador Luis Kabalo nos encontramos en una de las rectas principales de San Vicente do Mar con este restaurante que tiene el mismo estilo y concepto de los otros dos, contiguos.
Tal y como os había hablado en el artículo de Luis Kabalo, se trata de unos chiringuitos restaurantes cuyo aspecto exterior no resulta nada llamativo, lo magnífico del sitio son las vistas y poder estar comiendo a pié de playa del Área da Cruz. Se que la comparación os parecerá extraña pero me recuerdan a las casas de la afamada Malibú, pegadas a la carretera sin gran ostentación, cuando se abren hacia el mar se disfruta de esa magnificencia constructiva y sobre todo vistas incomparables.

Cuando visitas el lugar por la mañana antes de que abra, parece increíble el ambiente que se genera por la noche y lo triste que resulta de día. Tendría un potencial enorme como chill out si se cuidara más la estética, pues lo que sobra son veraneantes ávidos de relax y con ganas de prolongar esas cenas con una ronda de copas.

El servicio resultó de lo más amable y simpático, el sentido del humor gallego es un tanto peculiar si lo comparamos con la gente del sur, digamos que es menos directo pero con más retranca.
La comida está al nivel de lo que buscamos, producto, sencillez y buenos precios. Además la fluidez resultó aceptable dando espacio al comensal ya que otros lugares tienden a soltarte la comanda de golpe inundando la mesa de raciones que acaban quedándose frías.
Unos boquerones en vinagre para abrir boca mientras damos cuenta de la cuadragésima Estrella Galicia de estas vacaciones.


Unas navajas carnosas y unas croquetas de calamares en tinta muy cremosas darían continuidad.




Una ensalada con rulo de cabra y semillas resultó bastante elaborada y sabrosa.


Finalizamos con los platos fuertes salidos de la parrilla, unos criollos y churrasco para los carnívoros. Aún estoy desconcertado con el concepto churrasco, me esperaba otro tipo de carne y como veis se trata de costillas de cerdo, era la segunda vez que me ocurría estas vacaciones.



Un sargo muy fresco haría las delicias de mis amigos aunque obviamente lo probé.


De postre un Dalky casero aderezado con unos frutos rojos y frutos secos.


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