Salon Cascabel – C/ Serrano, 52 El Corte Ingles (Gourmet E. Última planta) – Madrid
Una forma muy española de entender la gastronomía es el famoso tapeo, quíen no ha ido de cañas, vinos o vermú y ha sucumbido a esas delicias que nos ayudan a mantener la verticalidad mientras disfrutamos con los amigos.
Los mexicanos disfrutan del mismo concepto en las conocidas como antojerías, lugares donde comer de manera informal platos variados de las diferentes cocinas regionales a la vez que se disfruta de una cerveza o algún destilado propio de aquellas tierras, como el tequila o mezcal.
El pasado mes de febrero tomé contacto por primera vez con la Gourmet Experience del Corte Ingles de la calle Serrano 52, esquina Ayala. En esa primera ocasión os dejé mi visita a la versión low cost del DiverXo, es decir, el StreXo; hoy os acerco al mismo concepto en versión mexicana, la casa madre es el Punto Mx del que salí maravillado y aquí en el Salón Cascabel podréis aproximaros a la cocina de Roberto Ruiz con un aspecto desenfadado.
La decoración del local me fascina, todo está muy pensado, empastado y crea un conjunto que encandila. Detras del interiorismo están María Fernández, la mujer de Roberto, que ya diseñara el Punto Mx y el Mezcal Lab, Santi Rigoni y el equipo de peSeta diseñando los delantales, pero por si fuera poco también se nota la mano de Eugenio Caballero (Oscar por la dirección artística en El Laberinto del Fauno).
En este Puente de Todos Los Santos Madrid estaba rebosante, sin duda este eterno verano favorece el turismo y las temperaturas nocturnas de 18º, aún permiten disfrutar de una buena cena al aire libre. La nueva moda de celebrar Halloween ayudaba a crear un ambiente festivo en el que hasta los camareros de pusieron alguna careta para dar más de un susto al personal despistado.
Reconozco que desde que probé por primera vez las margaritas de tamarindo me he hecho adicto y no puedo pasar sin una, al punto de elaborarlas yo mismo, a pesar del trabajo que lleva obtener la pulpa de este pinche fruto.
Comenzamos con el guacamole con totopos de maíz artesanales, está muy muy rico pero se situa en un escalón inferior al degustado en el Punto Mx. Allí lo preparan al momento, a la vista, consultando al comensal gustos y cantidades, como si fuese un steak tartar.
Seguimos con el aguachile naranja de langostinos. Zanahoria, chile habanero, pico de gallo de aguacate y por supuesto unos langostinos tigre muy frescos. Se acompaña de unas tortitas, lima para exprimir al gusto así como tres tipos de salsa picosa en diferentes grados.
Haber llegado de viaje desayunando y comiendo en aviones, volviendo a comer en el horario tardío dominical del dia en que se había cambiado la hora, nos tenía algo desconcertados y cerramos la comanda con los tacos pop corn.
Una combinación magnifica de pollo crujiente con salsa agripicante de tamarindo y chipotle al que los encurtidos daban un toque muy agradable que se vería realzado exprimiendo la naranja impregnada en chile piquin.
Esta vez me quedé algo corto, pero sin duda es un lugar a repetir y mucho más accesible en cuanto a los tiempos de espera que el contiguo StreetXo.
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