Menos es más, hay veces que lo simple acaba siendo sublime y un ridículo sándwich de pollo puede proporcionarnos un disfrute inimaginable.
Se que en la versión Facebook del blog, alguna vez os he hablado del aprovechamiento de un pollo asado, pero hoy me apetecía dejarlo recogido en este recetario pues se trata de uno de mis clásicos en los días de vagancia culinaria o hartazgo calórico.
Por los 12€ que cuesta este pollo en la cafetería Bariloche no merece la pena comprarlo, asarlo, gastar electricidad, manchar el horno, y encima echarle mucho tiempo de cocinado.
De estos pollos me suelen dar para 3 comidas. Por un lado me como los muslos y las alas, las pechugas las utilizo para estos sándwich, una ensalada u otras elaboraciones en las que poder hacer más comestible una carne seca, y finalmente con la carcasa hacer un caldo con sus tropezones.
Un buen sándwich de pollo puede convertirse en santo y seña de un local. Aún recuerdo unos que hacían en una cafetería llamada 1001 junto a la Escuela de Minas, era un local al que Chicote no habría tenido el coraje de entrar, pero sus sándwiches eran todo un éxito en la década de los 80.
Otro de los ingredientes de mi sándwich es el horror llamado lechuga Iceberg, si es descartable en el 99,9% de las ocasiones frente a otras lechugas, para este tipo de elaboraciones por su crujiente reconozco que es todo un acierto.
El último aditamento clave es la mahonesa a la que suelo añadir un toque de vinagre de vino blanco para que sea más mezclable y además aporte un ligero sabor ácido.
Dado que iba ser una receta para el blog me permití hacer algún que otro experimento del que estoy muy satisfecho. Por un lado el sésamo, no aporta gran cosa pero es simpático. Por otro una cucharadita de salsa picante mexicana de chile morita, vaya pasada de sabor mezclada con la mahonesa, tiene cierto toque ahumado y encima el picante potencia nuestra elaboración.
Finalmente el pan de sándwich, untado en mantequilla y tostado, le da el toque caliente y crujiente que contrasta con el relleno tirando a frío (me gusta que este de la nevera). Si hay prisa, con las rebanadas según salen de la bolsa también está bueno, pero tostado se eleva a los altares.
Buen provecho, con la receta más fácil que podréis encontrar en el blog.
Fácil, pero es que eso no es cualquier sándwich, tiene una pinta de muerte. La verdad es que el pollo asado es muy versátil para estas cosas.
Feliz Navidad!
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Igualmente Alberto. A ver si me pongo al día con tus publicaciones, las sigo pero me da problemas para contestar desde el ordenador de la oficina.
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