A la hora de hablar de una ensalada de pasta, me tengo que remontar 25 años atrás, que creo fue la primera vez que escuche tan «extraña» combinación. Comer pasta a temperatura ambiente o fría era algo que no concebía por aquel entonces, pero pronto le cogí el gusto haciendo el correspondiente reset mental.
Desconozco si en Italia, cuna de la pasta, es una costumbre con gran arraigo, pero lo que es cierto, es que los americanos por aquello de la vida rápida y las distancias que hay entre sus casas y el trabajo, son grandes conocedores de comidas rápidas. La pasta salad encaja bien en el concepto healthy y es de fácil transporte, que unido al consumo a temperatura ambiente, es muy fácil llevársela a un banco o al parque a la hora de comer.
Al ser una ensalada, cabe de todo y las combinaciones que podáis hacer son infinitas. Somos un pueblo mediterráneo y dicen que este tipo de dieta es la más saludable, por ello en mi versión he tratado de hacer una combinación que nos acerca a Grecia e Italia.
De pequeño, un amigo solía mezclar chorizo con Nocilla y siempre me pareció una gochada de gran calibre, pero resulta que era un visionario. Hoy en día se llama Food Pairing, o lo que es lo mismo, el emparejamiento de comidas que con una base científica sabemos funcionarán bien en boca una vez mezclas, algo que de primeras nunca pensaríamos que casa.
Mezclar dulce y salado, picante y dulce, combinaciones impensables hace años han alcanzado gran auge en la cocina contemporánea y un bio ingeniero belga se encargo de establecer esas relaciones entre productos que comparten ciertas partículas aromáticas.
En España existen grandes maestros como Andoni Luis Aduriz del ** Mugaritz, donde una de sus primeras creaciones en este sentido, mezclaba centollo con fresas y que actualmente ofrece en carta una cebolla elaborada en pectinasa con jugo de gallina y queso Idiazabal.
Existen combinaciones tan llamativas como la de los moluscos mezclados con queso, que le van genial. Buscar estas combinaciones es algo apasionante y sorprendente, y me viene a la memoria un guiso que hice de pulpo a la canela.
La mezcla sorprendente que utilizaría son las fresas con las aceitunas, el conjunto ofrece en boca un resultado magnífico. Para ligar la pasta opté por una salsa de pesto casera, algo muy italiano al igual que la pasta; la parte griega la incorporaba con las aceitunas para las que en esta ocasión elegí la variante kalamata y por supuesto un queso feta.
Tengo que hacer mención especial a la pasta, ser trata de unos fusili tricolore, pero no los habituales de pasta normal, tomate y espinacas. Estos de la marca Gallo los denominan Nature Multivegatales y están hechos con remolacha, espirulina y cúrcuma.
La remolacha contiene mucho hierro que ayuda a reducir el cansancio y la fatiga. La espirulina es un alga que contiene proteínas de origen vegetal que contribuyen al mantenimiento de los huesos en condiciones normales. La cúrcuma, es la base del curry, aporta un toque exótico de sabor y color.
Ingredientes:
500kgs de pasta Nature, 2 dientes de ajo, 40grs de albahaca, 30grs de piñones, 50grs de queso rallado grana padano, fresas, aceitunas kalamata, queso feta, AOVE, sal y agua.
El primer paso será cocer la pasta en abundante agua con un poco de sal para que se vaya enfriando. Su cocción al dente será de 10 minutos, escurrimos y reservamos.
Ahora prepararemos un clásico pesto. Pelamos los dientes de ajo y le quitamos el germen para que no repita, con un poco de sal lo machacamos en un mortero, a continuación le añadimos la albahaca limpia y sin los tallos para que no amarguen, después los piñones que previamente tostaremos y finalmente el queso que rallamos. Una vez hecha esta pasta iremos incorporando en hilo el aceite hasta formar una salsa densa.
El siguiente paso parece muy sencillo, y lo es, pero hay que prestar especial atención a los cortes, han de ser finos y lo más simétricos, de hacerlo adecuadamente el resultado visual final será mucho mejor.
De las fresas he eliminado la parte central, el color blanco lo desechamos, buscamos un rojo intenso. De las aceitunas eliminamos los huesos, la parte más tediosa y cortamos en seis trocitos. El queso feta cortamos en tiras y luego en cubos, id despacio aquí y mojar de vez en cuando el cuchillo.
Para rematar la receta, en un recipiente iremos mezclando la pasta con la salsa de pesto, vamos poco a poco porque abusar del pesto nos puede matar la receta. Colocamos en el centro las fresas y luego vamos distribuyendo las aceitunas y el queso feta. Rematamos decorando con una hoja de albahaca y una aceituna entera.
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