Casa Evarista



Casa Evarista

Casa Evarista – El Campu, 36 – Granda / Siero   Tlf: 985 985 010

Aunque ya había estado varias veces, hacía mucho tiempo que no me acercaba por Casa Evarista y el domingo elegido no pudo ser más propicio, os garantizo que pocos días de verano están por llegar que igualen a este. Y es que el verdor primaveral me ha hecho reflexionar en cuan afortunados somos en el norte, en menos de diez minutos del centro de Oviedo, podemos encontrar lugares como esta casona de piedra con unas vistas envidiables en plena naturaleza.

Para los primerizos, no resulta complicado llegar pero tampoco fácil. Hay que estar muy atento a los carteles, viniendo de Oviedo por la carretera de Colloto pasáis el Llagar de Titi y a unos 400mts a la derecha tomáis un desvío por un camino, a partir de aquí seguir los carteles indicadores.

El parking es bastante apañado, pero dependiendo de la hora puede que tengáis que explorar por los alrededores, mejor optimizar espacio y no llevar toda la flota disponible. La casona se reconoce fácilmente por su color azul, la parte más bonita da al interior, con su galería mirando al horreo. Disponen de bastantes mesas en el exterior y ya sea para tomar el vermú o comer al aire libre, las vistas de la naturaleza son muy relajantes.

Casa Evarista

Antes de entrar, hay también unas mesas que desde una posición más elevada resultan muy agradables. Ya en el interior, nos encontramos con un chigre de toda la vida, presidido por una larga barra de bar, las mesas de madera se diluyen entre una colección de objetos antiguos muy destacable, carteles y sobre todo radios.

Tomando una puerta en el exterior y subiendo unas escaleras, accedemos a la planta noble, un comedor más formal que ocupa toda la zona de galería y que comparte espacio con las cocinas.

Casa Evarista

Si tuviese que hacer una descripción de lo que es Casa Evarista, la definiría como un chigre con clase, destaca sobre todo el buen producto aplicado a una cocina tradicional a precios razonables en consonancia con lo que nos presentan en carta y en los platos.

El servicio es muy atento y a la hora de explicar la carta, muy exhaustivo. Como estaban a tope y conscientes de que igual teníamos que esperar un poco más, tuvieron el detalle de servirnos un poco de buen salchichón para hacer la espera más entretenida.

De primeros escogimos unas buenas croquetas de jamón, unos boquerones en vinagre caseros de muy buena factura y los sorprendentes mejillones en escabeche casero. Estos últimos se llevaron el premio, no podían tener mejor tamaño, abundantes y con muy buen escabeche.

croquetas

Croquetas

Boquerones en vinagre

Mejillones en escabeche

Mejillones en escabeche

Mejillones en escabeche

El cuanto a los pescados, a estas alturas ya empieza a apetecer el bonito y aunque provenía de Las Azores comerse una buena ventresca siempre apetece.

ventresca de bonito

Ventresca de bonito

La lubina a la plancha estaba superlativa, no hay mucho más que decir. Si os gusta el bacalao, sirven el Giraldo conocido por su gran calidad.

Lubina a la plancha

Lubina a la plancha

Las cebollas rellenas de carne o bonito son muy tradicionales y las que sirvieron alcanzan un nivel elevado.

cebollas rellenas

Cebollas rellenas

Para finalizar las carrilleras al Pedro Ximenez, tiernas y sabrosas tal y como las recordaba de mi anterior visita.

Carrilleras al Pedro Ximenez

Carrilleras al Pedro Ximenez

Aprovechando el día y ya que se había despejado un poco la terraza, ahí nos tomamos los cafés donde mis acompañantes me felicitaron por la elección del sitio. Nada nuevo en el horizonte, ya sabía que Casa Evarista es caballo ganador.

 

Editado 08/09/2019

Día de Asturias, celebración que algún año he aprovechado para acercarme a tierras gallegas para aprovechar con una mini escapada al enlazar tres días. Da igual donde uno esté, la asturianía la llevamos a gala y nos gusta ser identificados, porque un asturiano lleva muy dentro su tierra y nos hacemos notar sin ese rollo nacionalista de supremacía, por más que nos haga gracia aquello de «Asturias es España, y lo demás tierra conquistada». Aquí son todos bienvenidos y tratados con una hospitalidad propia de nuestro grandonismo.

Para un ovetense, el Día de Asturias es el preludio de las fiestas de la ciudad, una prolongación del verano que nunca damos por cerrado hasta que se acaba San Mateo, aunque caigan chuzos de punta. Iniciamos la folixia comiendo y bebiendo, que son algunas de las cosas que mejor sabemos hacer, y este día hay que salir a celebrarlo donde sea.

Hubo suerte y tras el cierre vacacional nos plantamos en Casa Evarista. Qué mejor sitio, a un paso de la ciudad, pero en contacto con la naturaleza para escanciar unas botellas de sidra con ese hórreo engalanado con nuestra bandera.

Los hermanos Alex e Ivan Menéndez siempre tan atentos, son el alma de este negocio y en esta casona rehabilitada de más de 300 años, a la que han dado el nombre de su abuela, se preocupan a diario por ofrecer el mejor producto, siempre que se pueda del denominado KM 0, porque tienen su propia huerta y eso es garantía de calidad. Patear las rulas e incluso conocer las embarcaciones, hace que el resultado final sea sobresaliente.

En esta ocasión nos tocó en el comedor de la galería y si ya es bonito desde fuera, las vistas desde el interior transmiten esa riqueza paisajística que los foraneos vienen a buscar. Durante toda la comida suenan los acordes de la guitarra de Mark Knopfler, ya sea en solitario o con los Dire Straits es una música perfecta para cualquier comida y cuando suena el Going Home de su Local Hero, creerme que se me ponen los pelos como escarpias.

Chorizo y salchichón de primer nivel acompañan nuestra segunda botella de sidra mientras dilucidamos qué comer. Alex se encarga de explicar con pelos y señales cada uno de los platos, un nivel de implicación y conocimiento que ya no es fácil encontrar en los restaurantes.

Como entrantes una magnífica ensalada de sardina marinada con mousse de tomate y aceituna. Le siguen unas fresquísimas parrochas con jamón.

Parrochas

Parrochas

Al igual que la vez pasada, repetimos con la lubina, es impresionante.

Lubina a la plancha

Lubina a la plancha

El rabo de toro, bien hecho, con mimo y horas de cocción da como resultado una carne que es pura mantequilla y la alternancia con esas partes gelatinosas, lo convierte en un plato muy goloso.

Rabo de toro

Rabo de toro

Y si de golosos o llambiones hablamos, nada mejor que rematar con una tarta de mousse de chocolate, sentados en la terraza para acompañar los cafés.

Tarta de mousse de chocolate

Categorías: ASTURIAS, CENTRO, RESTAURANTES, SIEROEtiquetas: , , , , , , , , , , , , ,

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