Mesón Don Chema – Escaleras del Mercado, 2 – Cazorla Tlf: 953 710 529
Hoy me acerco al mesón Don Chema a inundarme de recuerdos, casi tenemos los mismos años y es que esta antiguo salón de bailes y banquetes abrio sus puertas en los años setenta para consolidarse como una de las opciones más atractivas de la ciudad de Cazorla. Ubicado en Las Escaleras del Mercado, 2 no tiene pérdida puesto que podréis acceder a el desde la parte baja del Mercado o desde la calle principal del Dr. Muñoz, parece algo escondido con apenas fachada pero en cuanto cruzamos su puerta es difícil imaginarse lo espacioso que resulta.
Si sois animalistas o aprensivos con el mundo de la caza no os lo recomiendo, se trata de un auténtico museo cinegético con cabezas y osamentas de hermosos ejemplares de ciervo, muflón, cabra montesa, jabalís y un sin fin de fotografías y recuerdos de uno de los atractivos de la Sierra de Cazorla, Las Villas y Segura, la caza mayor. Sin querer entrar en polémicas, la caza y pesca se ha venido desarrollando desde que el hombre es hombre y los cazadores son gente que adora y protege la fauna, de la que sin duda el ser humano siempre ha sido depredador y juega un papel de equilibrio tan importante como el que pueda ejercer un lobo o un lince.
Otro asunto son los desaprensivos y furtivos que no respetan las reglas del juego y sobre todo de protección de un entorno. Pirómanos, simples turistas que utilizan montes y mares como vertederos o gente de ciudad que alimenta jabalís en entornos urbanos merecen muchos más reproches que alguien que con escopeta al hombre se puede pasar días de acampada y caminatas buscando un trofeo de cinco puntas.
Una visita a Cazorla nunca será completa sin una visita a su Sierra y así volvimos una vez más a recorrer esa carretera de curvas infinitas para comprobar como a cada kilómetro de ascensión el paisaje va cambiando. Con mucha suerte de tráfico podréis llegar al Parador Nacional en media hora aunque lo más normal es que ronde entre los cuarenta y cinco minutos a una hora para recorrer estos 25kms que a día de hoy mantienen un buen asfaltado.
El Parador Nacional es uno de esos sitios recónditos en los que desaparecer del mundo, unos días allí recorriendo las diversas rutas o relajándose en esa piscina sirven para cargar pilas y llenarse de energía. Allí pasé algún verano y aunque apenas tengo fotos (eran otros tiempos), los recuerdos son infinitos, desde jugar con una simple manguera, hacer mi primera pesca de truchas en la piscifactoría del Río Borosa o beber agua del manantial donde nace el Guadalquivir.
Tras la visita tocaba reponer fuerzas, cuarenta grados a la sombra hicieron que la Alhambra y Estrella Galicia durasen minutos mientras una tapilla de embutido nos entretenía durante la elección.
Un buen salmorejo y un paté de perdiz como entrantes.
El siguiente a petición de mi madre, lo llamaron plato olímpico, algo que me hizo mucha gracia. Chorizo, morcilla negra, lomo en orza, huevo, jamón, patatas y pimientos.
Yo me incliné por un lomo de ciervo, qué si no en tierra de caza.
Aunque no pedimos postre, con los cafés nos sirvieron unos deliciosos pestiños que bañados en azúcar me gustan más que en miel.
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