Aunque ya debería haber empezado a notarse el calor primaveral, nos hemos comido confinados un mes de primavera donde se ha cumplido el refranero popular, «en abril, aguas mil», esperemos que se confunda con el de «hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo».
De todas formas, al igual que planificamos nuestros armarios con ropa de entre tiempo, debemos estar listos para recetas refrescantes y saludables que acompañen los días calurosos. Las ensaladas de pasta eran unas grandes desconocidas para mi hasta que hace casi treinta años me fuí a estudiar a California, allí nos sacaban un buen trecho en el boom que ahora conocemos aquí de los alimentos healthy.
Las ensaladas de pasta eran un recurso muy socorrido dentro del ritmo de vida de aquellos que iban a trabajar en las grandes ciudades como San Francisco. Una sociedad muy lejana a mi ritmo habitual, de una ciudad como Oviedo, en la que por cercanía y horarios de comida disponibles, casi todo el mundo se iba a sus casas a comer. Allí también me familiaricé con los productos biológios o la cocktelería, que tanto furor esta causando aquí, casi tres décadas más tarde.
Me gusta mezclar frutas en mis ensaladas, es una forma divertida de incorporar este tipo de alimentos junto a los necesarios vegetales, además en el caso de las ensaladas de pasta le añadimos hidratos de carbono que podemos completar con algún tipo de proteína y en este incluso un lácteo. Vamos, que esta ensalada no tiene más que beneficios y está buenísima.
Yo que vosotros me apresuraba a probarla, los nísperos tienen una estacionalidad pequeña y aunque obviamente podremos sustituir por otras frutas como mango, papaya, manzana, pera…..etc, los nísperos tienen un sabor ligeramente ácido que le va genial a esta mezcla.
La ensalada casi se ha preparado sola, cocer la pasta nos lleva diez minutos, tiempo que emplearemos para cortar todos los ingredientes en dados. Cierto es que el salmón, si lo curamos nosotros, nos llevará 48 horas pero ahí os dejo en vuestras manos el planificar y hacer en cantidad, pues una vez curado aguanta bastante en la nevera.
Para mi salmón utilicé unos aromáticos bastante cítricos, resulta refrescante y junto a los nísperos y el yogur griego natural conseguimos un sabor muy veraniego. El yogur es el nexo de unión, funciona como una salsa pero al ser natural deberemos aportarle gusto por ello se me ocurrió ahumarlo junto con el salmón.
Me parece fundamental este aporte ahumado, es la gracia de esta ensalada fría pero no quiero que os asuste. Podríais pensar que resulta más fácil con un ahumador como el mío pero en realidad tras usarlo debemos desmontarlo entero para limpiarlo de las resinas que suelta la madera. Una forma sencilla de ahumar es introducir las ramas secas en una cacerola (romero, limonero, tomillo…etc), pondremos una rejilla donde apoyar el salmón o el yogur en un bowl, quemamos, apagamos y tapamos para que se llene la cacerola de humo, funciona igual que mi aparato.
El queso feta es muy apropiado y sabroso a la vez que nos aportará la mayoría del punto salado de la ensalada. Remataremos con un buen aceite de oliva, cilantro picado, pimienta negra recién molida y unas escamas de sal al humo de jengibre de Bras del Port. Cuando vuelva a repetirla le añadiré unas aceitunas kalamata.
Ingredientes:
200grs de espirales tricolor, salmón curado (ver proceso), 2 yogures griegos naturales, queso feta, 4 nísperos, cilantro, pimienta negra, AOVE, sal en escama, y agua.
Voy a obviar la curación del salmón, arriba tenéis su propio artículo y podéis utilizar los aromáticos que más os gusten. El primer paso sería poner a cocer nuestra pasta en abundante agua con un poco de sal, en este caso la cocción al dente son diez minutos, escurrimos y refrescamos con agua fría, conservamos en el refrigerador.
Mientras aprovechamos para cortar en dados el queso feta, el salmón y los nísperos que previamente pelaremos y despepitamos. Tomaremos los yogures y removeremos hasta que queden cremosos, lo ponemos en un bowl y le añadimos el salmón cortado, ahumamos.
Ponemos la pasta en un bowl grande, un chorrito de AOVE para que no se peguen entre si, añadimos todos los ingredientes y mezclamos. Pasaremos a un bowl individual, colocamos los cubos de ingredientes que no mezclamos con el yogur, esparcimos un poco de cilantro rallado, pimienta negra recién molida, unas escamas de sal al humo de jengibre y un chorrito de aceite para dar brillo.
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