Indudablemente no tienen el sabor de los del McDonalds porque no hay ningún tipo de conservantes, al final vuestra salud os lo agradecerá. Poder aplicar el concepto en nuestras casas me ha parecido una buena aportación para el blog, sin ser yo un amante del pollo y mucho menos de los nuggets, pero he recogido el guante que lanzó Dani García desde su casa durante el confinamiento del COVID 19.

Él preparó una versión más clásica pero dejaba la puerta abierta a incluir especias como las de los pinchitos morunos o ras al hanut. Sin duda, el sabor especiado en las elaboraciones de pollo me atrae mucho más en esta ave y decidí darle ese toque marroquí.

La receta no tiene excusas, el nivel de dificultad es nulo. Acostumbrado a hacer algún tipo de albóndigas me esperaba algo parecido, el uso de huevo, un poco de miga empapada en leche, pero lo sorprendente es que no lleva nada más que la pechuga picada, sal, pimienta, ajo y cebolla en polvo. Ya sabemos que la pechuga es la parte más seca y de ahí mi escepticismo, pero he de deciros que salen super jugosos.

Y por qué están jugosos, creo que la razón es la fritura. Por un lado cubrimos con una ligera capa de harina y después los bañamos en una tempura que haremos a fuego moderado. La costra que se forma alrededor del nugget hace que se caliente pero que guarde la jugosidad. Quien dijo nuggets, dice fingers así que de la pechuga doble decidí darles esa última forma a parte de ellos para congelar y disfrutarlos en otra ocasión.

Para acompañarlos, nada mejor que una salsa y en esta ocasión nos proponía una salsa especiada que cada cual puede adaptar a sus gustos. Con base ketchup la rebajamos con un poco de mayonesa y en mi caso le añadí kimchee, sriracha y unas gotas de brandy de Jerez.

El resultado final es muy sorprendente, hiper crujientes y muy jugosos pero no debemos olvidarnos de una buena presentación. Aunque también presenté de forma tradicional, una de esas rejillas de freidora mini son una gran idea pero si queréis ir un punto más allá con las manualidades, aquí os propongo una vela con forma de tronco en la que poder clavar los pinchitos dando volumen y sofistificación.

Ingredientes:

Para los nuggets: 1 pechuga doble de pollo, ajo en polvo, cebolla en polvo, sal, pimienta negra, ras al hanut, harina de trigo, 100grs harina de tempura, 160ml de agua fría, aceite vegetal.

Para la salsa: ketchup, mahonesa, kimchee, sriracha, brandy de Jerez.

Pondremos las pechugas picadas en un bowl, le añadimos en función de los gustos, sin miedo, el ajo, cebolla, sal y pimienta, mezclamos muy bien y repetimos la operación con los mismos ingredientes pero esta vez ya le añadimos el ras al hanut, volvemos a mezclar y tomamos una medida, en este caso una cuchara sopera colmada. Le damos forma redonda y luego lo aplanamos dejando unos cantos de unos 3mm al objeto de poder insertar los pinchitos. Refrigeramos en el congelador hasta que se endurezcan lo suficiente pero que nos permita hincar el palito.

Como se trató de una comida individual, ante la abundancia, decidí hacer unos fingers con el sobrante. Estos los congelaremos para el futuro, dejamos que se endurezcan lo suficiente para luego depositarlos en una bolsita y estén sueltos.

Mientras se refrigeran los nuggets haremos nuestra salsa, para ello, partiendo de una base de ketchup iremos añadiendo las diferentes salsas según los gustos. Es importante que la vayamos probando hasta obtener la mezcla que más se ajuste a los gustos individuales, por ejemplo si os gusta más dulzona añadiríamos un poco de azúcar moreno. Una vez tenemos nuestra mezcla ideal, la reservamos en la nevera.

Cuando los nuggets estén duritos por el exterior los sacaremos del congelador y les insertaremos los palitos. Pondremos un poco de harina de trigo en un plato y por otro lado haremos la mezcla de tempura. Para ello es preferible tener la harina de tempura en la nevera, mezclaremos con agua muy fría, yo le pongo unos cubitos de hielo. Mezclamos tratando de que no haya mucha fricción para que no se caliente mientras en una sartén ponemos a calentar abundante aceite de maíz al 6/10

Enharinamos los nuggets, sacudimos los excesos, los pasamos por la tempura y dejamos que suelte los excesos, pasamos a freirlos hasta que estén dorados por ambas caras. El palito lo retiramos cuando les demos la vuelta y nos ayudaremos con una espumadera para remover y bañar de aceite. La temperatura del aceite será unos 150º-160º, con esto conseguimos que tomen calor en su interior poco a poco y que la tempura nos quede muy crocante sin que tenga excesivo color dorado. El resultado es un pollo muy jugoso.