La Rula de Lastres – Puerto Pesquero s/n – Lastres Tlf: 984 118 165
Tener un blog gastronómico y un archivo documental de miles de fotos me convierte en una hemeroteca viviente y soy capaz de saber cuanto tiempo ha pasado entre visitas y lo que comí en cada momento. Esa hemeroteca me dice que mi última visita a La Rula fue en noviembre de 2011, fue para tomar algo en su terraza mientras hacíamos tiempo para pernoctar en el Palacio de Libardón con cena temática mexicana.
Nada tiene que ver aquella Rula con la actual, una nueva gerencia y más que un lavado de cara. Una buena reforma, luminosa, con mucha capacidad tanto en las dos plantas interiores como en la terraza, nos dejan un sitio excelente y super agradable para disfrutar de uno de los pueblos más hermosos de España.
El gran Talón de Aquiles siempre será el aparcamiento. Por más espacios que habiliten, en días soleados de fin de semana como el que me tocó, la cosa está muy complicada aunque tuve la suerte de aparcar en la curvona frente al Barrigón de Bertín, precisamente donde hice mi última visita a la villa marinera.
La queja se convierte en placer porque recorrer sus empinadas y laberínticas calles es maravilloso. No es de extrañar que aquella serie del Doctor Mateo tuviera tan buena audiencia, además de entretenida y con buenos actores, acercó este paraíso al resto de España y sin duda se vio beneficiada con la afluencia de turismo.
Lastres es un referente gastronómico que tiene sitios adaptados a todos los bolsillos, ya sea en el restaurante del exclusivo Palacio de Luces, en la parte alta los restaurante tipo «merendero» que flanquean sus dos entradas, El Rápido y El Descanso, las vistas que ofrece El Mirador en San Roque, pasando por el mencionado Barrigón de Bertín o el ilustre Casa Eutimio donde comienza la cuesta que nos lleva a La Rula pasando por el Bar El Puerto.
En este artículo no puedo extenderme demasiado con la carta, además de llevar el freno de mano echado por tener planificada una copiosa cena, pedimos un par de arroces que son para dos comensales aunque si optáis por el negro con alioli, este si lo sirven de manera individual.
De entrantes unos jugosos fritos de bacalao y una generosa ración de emberzao o pantrucu, un tipo de morcilla típico del Oriente asturiano que incorpora harina de maíz o trigo al resto de ingredientes tradicionales y que va envuelto en unas hojas de berza para ser cocido y luego marcado.
Los arroces tenían el punto del grano perfecto y ambos con mucho sabor. Por un lado el de bugre o bogavante que resulta con sabor muy potente a mar, el otro denominado Arroz de La Rula es más suave aunque también con mucha sustancia de pescado y mariscos.
La visita no dio más de si, pero seguro volveré a probar alguno de sus pescados. Poder disfrutar de lugares como este, comiendo bien y con vistas añadidas es todo un privilegio, aunque un día perro y frió os garantizo que también tiene su encanto, al fin y al cabo esto es Asturias y lo agreste es uno de nuestros sellos identitarios.
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