Ya estamos en estos meses de otoño-invierno en los que siempre apetece meter algo caliente en el estomago y creo que cuando se trata de un buen guiso reposado no hay nada que lo supere, en ellos se conjugan la tradición y sabores de nuestras madres y abuelas.
La riqueza de los guisos que podemos encontrar a lo largo y ancho de nuestro país se ha fundamentado en las materias primas que cada región tiene a mano, en un guiso cabe de casi todo y ha sacado de muchos apuros a familias en tiempos de escasez.
Tengo un reto por delante, hacer recetas con unos sabadiegos que mi amigo Joaquín Monte de Embutidos Saludables El Horreo me obsequió en mi visita a su fábrica. Sin duda la utilización del embutido en un guiso es un clásico y he querido que este fuese rico en ingredientes, hacerlo contundente.
Si tuviese que dar una clave para este plato es hacer la cocción del repollo a la par que todo el guiso en vez de cocerlo por separado, el caldo y el propio repollo absorbe y comparte todos los sabores.
Ingredientes:
1 repollo pequeño, 6 patatas grandes, setas shitake, 1/2 cebolla, 4 dientes de ajo, costilla iberica adobada, 2 chorizos, 2 sabadiegos, pimentón picante y aceite de oliva virgen extra
Lo primero que haremos será cortar y trocear los ingredientes. Podemos comenzar por deshojar las partes más verdes del repollo y trocearlo en pedazos mas o menos grandes, pelamos las patatas y las escachamos, los ajos en trozos medianos, las setas dependiendo del tamaño en 2 o 3 trozos, la cebolla en brunoise, el costillar siguiendo el corte del hueso.
En una pota grande y alta pochamos en abundante aceite la cebolla, retiramos parte del aceite y lo ponemos en una sartén donde más tarde doraremos los ajos y cuando estén listos retiramos y añadimos una cucharatita de pimentón para que no se queme.
En la cebolla pochada añadimos las setas, cuando estén mas o menos listas metemos la costilla y rehogamos, después metemos la patata que habremos salado y seguimos rehogando para que coja un poco de tono y sabores, incorporamos el repollo y sobre el vertemos el sofrito de ajos con el pimentón, finalizamos añadiendo nuestro embutido y cubriendo todo el conjunto con agua, un par de dedos por encima.
A fuego medio-fuerte lo dejamos cocer hasta que el repollo este tierno, pueden ser unos 45 minutos o una hora, rectificamos de sal y dejamos reposar antes de comer. Si lo hacéis el día antes de consumir estará mucho mejor.
Contundente desde luego que lo es, tanto que en plena dieta post navidad tendré que conformarme con mirarlo y de reojo, no vaya a ser que si lo hago de frente también engorde.
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Jajaja, bueno mujer no es para tanto, siempre puedes desgrasarlo un poco y comer solo un plato aunque reconozco que es adictivo y el segundo nunca se resiste.. Feliz año, que he andado muy perdido por el mundo en estas fiestas.
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