Hoy preparamos una receta deliciosa, uno de los platos más famosos de la gastronomía asiática.Gracias a la época de las Colonias del siglo XVIII estos platos fueron difundidos en Europa por el Reino Unido y Países Bajos.
El término curry significa estofado y fue adoptado por el idioma inglés antes de la llegada de los comerciantes ingleses al subcontinente, y fue utilizado para designar los platos estofados y que poseían un caldo rico en diversas especias.
El nombre curry proviene de la palabra en idioma támil kari que se remonta al sur de la India y que se emplea para describir cualquier plato con acompañamiento de arroz. El término ahora se ha extendido por todo el mundo, y se aplica a cualquier plato con especias que posee un estilo indio o asiático, o bien a una mezcla de especias deshidratadas comercializada bajo distintas marcas como aliño para todo tipo de platos y que intenta acercarse al sabor de las preparaciones originales.
Cuando hablamos del curry muchas veces lo hacemos refiriéndonos a la mezcla de especias y en mi caso hablo de curry amarillo y curry rojo. El primero lo asigno a un plato proveniente de la India y el segundo a cualquiera del sudeste asiático.
Aunque con la misma base, especias por un tubo, a la hora de cocinarlos, para el hindú utilizo las especias en polvo y mezclo con nata. Para el caso de los curry rojos utilizo una en pasta y mezclo con leche de coco.
Estas diferencias también las aplico a la hora de elegir su arroz para el acompañamiento. Para éste, utilicé un basmati y cuando cocino el rojo, el arroz jazmín, es el elegido. Ambos son de grano largo y muy aromáticos.
Ingredientes:
1 pechuga de pollo (entera), 1 calabacín, brócoli, 1 cebolla grande, curry en polvo, 400ml de nata, arroz basmati, chile rojo fresco, pasas sultanas, almendras laminadas, sal y aceite.
Lo primero que haremos será limpiar la pechuga de pollo y cortarla en dados. Me parece fundamental que esté entera, no la compréis en filetes. Cortados los dados, en un bowl la salamos, ponemos curry al gusto, un chorrito de aceite, mezclamos y dejamos macerar mientras hacemos el resto de pasos.
Pelamos y cortamos la cebolla en una brunoise grande, al final vamos a triturarla. La pochamos en aceite a fuego medio hasta que quede blanda y dorada. Escurrimos y reservamos. En el mismo aceite aromatizado, freímos el pollo hasta que quede un poco marcado con el tostado, lo sacamos y reservamos.
Incorporamos la cebolla, la nata y más polvos de curry. Subimos el fuego para luego bajarlo mientras nuestra salsa va espesando. Trituramos con la batidora y regresamos al pollo a la pota. En 15 minutos a fuego lento estará listo.
Durante este tiempo aprovechamos para hacer el brócoli al vapor y saltear nuestro calabacín. La verduras han de tener un toque crujiente, al menos para mi gusto. Tiempo más que de sobra para hervir nuestro arroz, en 8 minutos está listo.
Para emplatar he utilizado un aro cuadrado, el pollo con su salsa por encima, las verduras alrededor y como complemento unas uvas pasas sultanas, chile fresco y almendras laminadas. Obviamente podrías añadir todo al guiso pero no queda bonito y estos platos me gusta hacerlos vistosos.
Un platazo!
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Gracias Chema, a mi todo lo especiado me pierde
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Una receta estupenda. Me ha hecho gracia lo de que quede vistoso, me he pasado media vida intentandolo, vistoso y apetecible, para tentar a una inapetente… jajajaja. Además para mi ya me va bien, así con disimulo voy apartando los chiles ( me dejan sin respìración).
Rico y bonito, misión cumplida y con nota.
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Al final va todo para el mismo sitio pero una buena presentación hace bastante. Este plato con todo camuflado con la salsa resultaría menos apetecible.
Doy fe que con tus platos lo consigues, siempre tienen muy buena cara y apetecen con solo verlos.
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