Esta ha sido una de esas recetas inesperadas que van surgiendo sobre la marcha y que tras comprobar el resultado final, uno no puede estar más satisfecho.
No me gusta tirar comida y mucho menos la que me ha llevado esfuerzo, por ello comenzaba la semana yendo a trabajar con el pensamiento en el rendimiento que le podía sacar a un cuenco de salsa de tomate sobrante del día anterior. Provenía de una descongelación así que no quedaba otra que usarla al día siguiente.
Unas gestiones por la calle Valentín Masip rápidamente avivaron las neuronas. Allí se encuentra la Panadería Las Leñas donde podéis encontrar las excelentes bases de pizza que me ayudaron a gestionar mi comida de hoy.
Al ser lunes y tras los excesos del fin de semana no creáis que estaba muy motivado con la idea de la pizza. Tenía que ser «ligera», así que la primera idea fue hacerla vegetal, una numerosa cola en la frutería me hizo ir a buscar primero el queso de tetilla pero unas bandejas de bacalao desalado se cruzaron por el camino y cambié de idea.
Mezclar un bacalao encebollado con unos pimientos del Padrón no parecía mal negocio y os garantizo que la combinación sería un best seller en cualquier negocio de pizzas.
Ingredientes:
1 base de pizza, 1 bandeja de bacalao desalado, pimientos del Padrón, 1 cebolla roja, salsa de tomate casera, queso de tetilla, aceite de oliva virgen extra y sal.
Pelamos y cortamos la cebolla en juliana, pochamos en unas 3 cucharadas de aceite, cuando hayan alcanzado una buena transparencia incorporamos los trozos de bacalao que previamente hemos salado. Primero por la parte de la piel y después les damos la vuelta hasta que veamos que se abren las lascas. Retiramos y escurrimos en papel absorbente hasta que vayamos a desmigar.
Precalentamos el horno a 220º, extendemos la salsa de tomate y distribuimos los trozos de queso de tetilla al gusto. Horneamos a 200º hasta que veamos el queso fundido.
Mientras, añadimos más aceite a la sartén y freímos los pimientos. Escurrimos en papel y sacamos los trozos de bacalao.
Distribuimos la cebolla pochada, el bacalao y los pimientos en nuestra pizza con el queso fundido. Un par de minutos para dar calor sin que se reseque y ya tenemos nuestra maravillosa creación lista para comer.
Como viene siendo habitual encontrar los pimientos que pican resulta casi tan difícil como encontrar una aguja en un pajar. En esta ocasión de 14 solo picó uno, eso si, no lo hizo con medias tintas.
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