Dice el refrán, que a falta de pan buenas son tortas, en este caso tortos, una elaboración que no lleva levadura pero que fritos son una auténtica delicia.
Se trata de un plato muy típico en Asturias y se suelen acompañar de picadillo de chorizo, huevos, morcilla, queso Cabrales…pero para esta ocasión les he hecho una revisión con raíces mexicanas, un guiño a todos aquellos que en su día emigraron, como mis amigos Bea y Gerar, donantes del mole almendrado que utilicé.
Ya os comente en el Facebook la maravilla que supone comprar un pollo asado, esta receta está hecha con parte de esas pechugas secas, que como no las mejore de alguna manera, soy incapaz de comerlas.
Si ayer os mostraba los ravioli con Afuega`l Pitu y setas, el sobrante de salsa no podía ser desperdiciado, hay que ser versátil y aprovechar todo. Por ello una primera parte de la elaboración debería ser hacer esta salsa fundiendo el queso, diluyendo con una naranja exprimida, añadir nata líquida y rectificar con sal y azúcar. Añadir unas setas salteadas y este será el primer relleno.
Si como en mi caso ya tenéis la salsa, lo primero será hacer los tortos. En mi caso he mezclado harina de maíz 75% con un 25% de trigo, un poco de sal, un chorrito de AOVE y agua templada según vaya pidiendo. Poco a poco vamos mezclando hasta obtener una masa moldeable que no ha de tener exceso de agua.
Obtenemos una bola, partimos a la mitad, a su vez en otras mitades y finalmente en otro tercer corte para sacar ocho mini bolas que aplastaremos con la palma de la mano y después con los dedos seguiremos estirando para que no queden muy gruesas.
Primeramente con un poco de aceite pochamos una cebolla morada que previamente habremos cortado en una juliana muy fina. Retiramos y reservamos.
Procedemos con el segundo relleno. Pasamos el pollo deshilachado por la sartén donde hemos cocinado la cebolla, añadimos parte de la salsa que nos dan con el pollo. Retiramos una cantidad para usar con nuestra salsa de Afuega´l Pitu La Borbolla.
El resto del pollo lo mezclaremos con el mole almendrado. He usado este brick preparado pero en un futuro intentaré hacerlo casero porque el stock de producto importado se me va acabando.
Hora de freír los tortos en abundante aceite. Como no estoy en ningún restaurante, los he mimado y frito uno a uno, han suflado perfectamente y tienen un equilibrio de masa y crujiente perfecto.
Toca montar los tortos, algo sencillo a priori pero que con el abombado se complica y se nos puede escurrir, paciencia. En unos puse el pollo y la salsa de queso con setas por encima. Los otros llevan el pollo mole almendrado, la cebolla morada y la almendra crocanti.
Para compartir con mi madre, mejor comentario imposible. No se con cual quedarme, los dos están superiores, y si lo dice una madre, va a misa.
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