Las esperas no suelen ser nada buenas, o si. Cuando hay tiempo ocioso, que no de ocio, la cabeza es muy compleja y de repente surgen grandes ideas.
Preparando mi próximo viaje a Nueva York, tuve que acercarme a una tienda especializada en hostelería para comprar una churrera, una petición de una amiga para hacerle churros a sus niñas.
Al que madruga Dios le ayuda e iluso de mi, pensé que abrirían a las 9am. Una hora de anticipación, hasta las 10, me la tuve que pasar en el coche para no perder el viaje y así, mientras echaba un vistazo a las redes sociales, saltó la chispa.
El día anterior había publicado las croquetas de plancton y berberechos, y la gente de Plancton Marino Veta La Palma me animaba a seguir estrujándome los sesos con nuevas ideas.
La masa de los churros es salada en su composición y esto me hizo pensar que no necesariamente debía embadurnarlos con azúcar. Uno de los pensamientos fue utilizar té matcha y seguir con una versión tipo postre, pero el plancton marino adquirió más fuerza pensando en que los podía terminar con chile piquín.
Los churros solemos mojarlos en chocolate así que busqué algo acorde. La primera idea fue un mole, que por color y temática mexicana hubiese funcionado de maravilla, pero no lo tenía y no quería hacer uno casero (lleva muchísimo tiempo).
Eliminando el tema de color, un sabor marino conjugaría a la perfección, así que opte por una sencilla velouté de langostinos.
Ya en casa, recopilé unas cuantas especias con las que rebozar los churros. Tenía dos versiones de chile piquín, uno tradicional con lima y otro de habanero más potente. Por si fuera poco friki la receta, que os parece hacer una tanda con sal de saltamontes, ándele!!!!
La elaboración de los churros es la tradicional, harina, agua y sal pero le incorporamos el plancton hidratado una vez que hayamos hecho la primera mezcla. El plancton conviene agregarlo al final, la opción se llevarlo a hervor mezclado con el agua perdería parte de sus propiedades.
Ingredientes:
Para los churros: 1 taza de harina, 1 taza de agua, 1 cucharadita de sal, 1 cucharita de plancton marino, un poco de agua para hidratar el plancton, chile piquín, sal de saltamontes y aceite de girasol.
Para la velouté: Lo mejor es que sigáis el enlace de mi velouté de langostinos.
Comenzaremos por hidratar el plancton con un poco de agua, procurando que no quede ningún grumo.
En un bowl ponemos la taza de harina. En una cacerola pequeña ponemos la taza de agua y la sal, el color verde es porque limpié la cuchara de restos de plancton. Llevamos a hervor y volcamos sobre la harina todo a una vez, mezclamos y añadimos el plancton, volvemos a mezclar hasta obtener un color y textura homogénea.
Ponemos a calentar el aceite de girasol a 180º, introducimos la masa en la churrera y vamos haciendo los churros en varias tandas, no conviene saturar el recipiente, se pegarán unos con los otros. Sacamos sobre un papel absorbente.
Rematamos la elaboración rebozando los churros en las especias elegidas, unos pocos de cada. Servimos acompañando de nuestra velouté bien caliente.
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