Croquetas de Berberechos y Plancton



Y vuelta la burra al trigo. Se ve que los Reyes Magos quedaron encantados con todo el recetario que os mostré el año pasado y este, han decidido proveerme con un nuevo tarro de esencia pura de mar que hará mis delicias.

Reconozco que ha sido como una droga y no conseguía superar mi adicción, necesitaba mis polvos. Su versatilidad acompaña casi cualquier alocada idea, y para muestra un botón.

No me prodigo mucho en el mundo de la croqueta, pero cuando me decido a embadurnarme, los resultados son muy positivos y los catadores suelen quedar impresionados.

Las últimas habían sido unas típicas de jamón, de las que no escribí receta por ser demasiado básicas. Vuestros comentarios en Facebook e Instagram a las fotos que publiqué han calado hondo y espero superarlos con esta versión.

Por apariencia, parecen de esas casi líquidas en las que utilizan gelatina para que desparramen de esa manera pornográfica, pero ahí no reside mi secreto.

Mi gran secreto es la paciencia, hago una bechamel con poca consistencia que por más reposo de 24 horas que le deis en la nevera, no resulta fácil manipular. Son una tortura, pero el resultado es tan bueno que merece la pena, aunque cuando estoy en pleno proceso, siempre me arrepiento.

Al tener esa textura tan cremosa cualquiera de los pasos de enharinado, huevo o pan rallado pueden desesperar al más paciente. Se escurren, se pegan y encima, hay que pasarlas dos veces por el huevo y el pan rallado para que su exoesqueleto aguante en la freidora.

Tanto sufrimiento arroja como resultado una costra exterior crujiente y un interior desbordante que crea adicción.

Para esta ocasión con el plancton se consigue sabor y un efecto verde de ciencia ficción, pues ciencia ficción es que podamos dar un bocado al mar con este concentrado de fitoplancton (placton vegetal que requiere fotosintesis, distinto al zooplacton que contiene microorganismos animales).

Para complementar, como si de jamón se tratase, los tropezones son de berberechos, un molusco bivalvo que por tamaño y sabor se adapta perfectamente a una receta de croquetas. Si por ejemplo, utilizásemos mejillones, habría que picarlos y perdería ese efecto dramático de encontrarse el bicho entero.

Por lo demás, la receta no tiene grandes misterios. Utilicé unas algas kombu para la presentación.

Ingredientes:

Berberechos, 1gr de plancton marino, mantequilla, harina, leche entera, huevo, pan rallado, sal y AOVE.

Primeramente coceremos al vapor los berberechos, una vez cocidos retiramos las conchas y reservamos. Aprovechamos el agua colándola para otras elaboraciones y para con unas gotas, hidratar nuestro plancton.

Hacemos una bechamel clásica, fundimos mantequilla, incorporamos la harina, mezclamos y poco a poco vamos agregando la leche hasta obtener una textura bastante cremosa.

Dejamos enfriar hasta temperatura ambiente y mezclamos el plancton diluido, incorporamos los berberechos, volvemos a mezclar y extendemos en un recipiente al que pondremos papel film en contacto directo con la bechamel para que no cree costra durante su enfriado por 24 horas en la nevera.

Tomamos porciones con una cuchara de postre, pasamos por harina, luego por huevo y finalmente por pan rallado. Repetimos el paso del huevo y un nuevo rebozo de pan, reservamos hasta que vayamos a freir. Un pequeño truco es meterlas en el congelador durante 5 minutos antes de meterlas en la freidora que ha de tener el aceite a 180º, de esta manera nos aseguramos que queden bien selladas y el interior quede caliente y fundido.

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