La buena cocktelería es un arte que hace algunos años está calando muy fuerte en nuestro país, nada nuevo que no conozcan en la vieja Europa y por supuesto en los Estados Unidos, donde siempre ha estado ligada al mundo del cine y la alta sociedad, aunque la realidad del fenómeno que hoy vivimos aquí, era el pan nuestro de cada día cuando a principios de los 90 salía de bares por San Francisco.
Allí me aficioné e interesé por conocerlo más a fondo, libros y artilugios con los que sorprender a mis invitados para hacerles ver que había más vida allá del DYC Cola, vodka con Seven Up, Licor 43 con Cacaolat o cualquier otra copa mal servida. Hemos ido aprendiendo y el mundo de las bebidas premium ya nos es familiar, pedimos un twist de lima o preservamos las burbujas de esa tónica y empezamos a entender a esos bartenders que se echan cinco minutos con nuestro combinado.
Si hablamos de tónica, a todos nos viene a la mente Schweppes, la del nombre impronunciable y ese hombre que nos animaba en los anuncios a seguir probándola hasta que nos gustara. A la moda se han sumado muchas marcas y aunque les he dado una oportunidad, siempre acabo con la del neón de la Gran Vía porque además han sabido innovar con su gama premium de ingredientes naturales que hacen de cada trago algo diferente, en versiones tan vistosas como las de hibiscus o Té Matcha.
Si a ese arte de la cocktelería le unimos el de la cocina y viene de manos privilegiadas como las de Borja Cortina del Varsovia Bar en Gijón y Marcos Morán de Casa Gerardo en Prendes con 1 Estrella Michelín, sólo pueden salir tragos y bocados dignos de enmarcar. Tradición y ciertas dosis de locura con sus sesiones de tormenta de ideas, han dejado el listón muy alto de eventos llevados a cabo en nuestra región.
Día cristalino, sol y temperaturas poco habituales son un predulio del verano que a todos nos gustaría que llegase pero ya sabemos lo que aquí nos toca y el carpe diem lo llevamos grabado a fuego. Sin duda será uno de esos días para recordar, porque la organización fue perfecta y alternar en las cocinas de Casa Gerardo, un privilegio.
El inicio no pudo ser más apoteósico, en una de las salas repleta de caras conocidas del mundo gastro, quizás conscientes del calor reinante, abrimos la noche con el llamado Welcome Classic, un copazo de Gin Mare y tónica con toque de lima y albahaca que se acompañó de un bocadillo crujiente de quesos. Posteriormente Borja nos comentó que al contrario de como solemos beber los gin&tonic al final de las comidas, se trata de una bebida de aperitivo.
Nos dieron paso a cocina, un espacio que en otras ocasiones no había visitado y llama la atención por su amplitud en un espacio diáfano. Allí nos recibirían a ritmo de la mejor selección musical, con muchos clásicos, pinchados en directo por un Dj. Aunque Pedro Morán hizo los honores cedió su espacio a Marcos y Borja de la casa fundada en 1882, cuantas buenas cosas encierra a lo largo de la historia esta casona de piedra.
El siguiente pase se llamó Ahumados Vs Schweppes limón, una banderilla de anguila y pepino junto con salmón, manzana y café que fueron maridados con el cocktail Golden Beer Pint, una recreación de una clásica pinta de cerveza, que en realidad era un whisky sour con manzana y toque de ginger ale. No soy nada amigo de los escoceses y lo que en principio no me gustó (por el whisky), al maridar se vino muy arriba.
Delicadeza Vs Schweppes hibiscus. Un clásico revisado como fue este Negroni Rossastro para el que se utilizó una ginebra rosa, tan de moda, vermouth, Campari y la tonica de hibiscus que se acompañaron de un sämm de merluza en verde y un cogollo a la crema.
Para el siguiente envite llamado Cantábrico Vs Schweppes Ginge Ale / Jengibre intenso nos dieron un respiro con un cocktail llamado Baby Jane basado en el conocido Shirley Temple, sin alcohol. No por ello dejó indiferente, con ese toque amargo de la angostura y el picante del tabasco que resaltaron el buñuelo de salmonete y el salmonete con su consomé.
Estando en Casa Gerardo, no podía faltar su mundialmente reconocida fabada y no resulta nada fácil de maridar esta Tradición Vs Soda Schh. Un cocktail con base de Palo Cortado denominado Caipiroja hizo las delicias con esa croqueta de compango y su fabada a full.
Para cerrar la noche nos quisieron sorprender, y lo hicieron con el Oximoron Vs Schweppes Té Matcha. Aquí dieron la vuelta de tuerca haciendo un cocktail gastronómico con queso Gamoneu, si, si, no me he confundido. Por un lado se hizo una extracción alcoholica de vodka y otra con agua para crear un sirope, en nariz resultó como un puñetazo, una copa estrecha habría ayudado pero si vamos al sabor y pensamos en el queso como postre, estaba rico pero difícil de disociar del fuerte olor.
Nos indicaron la forma de degustarlo en dos tandas, una primera para acompañar con un exclusivo bombón de chocolate Tanzania y sal para dejar una segunda parte con la tarta de queso Gamoneu que venía integrada con la elaboración cocktelera de Marcos en su Balsámicos y té matcha.
Los más osados o quizás sin el problema de tener que coger el coche, se desplazaron a Gijón para continuar en el Varsovia, yo me vine a casa a escribir y poder cumplir con las redes sociales hoy. Dicen que una retirada a tiempo es un éxito, pero ese lo dejo para Marcos y Borja por bordar este gastromaridaje.
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