Hay algunas recetas que salen por si solas cuando queremos que todo gire en torno a un ingrediente. En este caso encontré unas magníficas coles de Bruselas y recordando que solo había hecho una receta con ellas, he querido dar a sus detractores un nuevo motivo para que quizás les den una oportunidad, hechas de esta manera.
No entiendo el por qué de como una verdura tan rica y sana tiene tal cantidad de haters, que incluso como contradicción, pueden ser lovers del repollo. Cada cual consigo mismo, eso que os perdéis, porque en una combinación como esta, todo está a favor para convertirse en algo más que un plato combinado.
Huelga decir que el punto de la verdura hace mucho para que acabe por conquistarnos. Si tenemos asumido que la pasta es al dente, hemos de concienciarnos para que las verduras tengan su punto crocante. En este caso le doy una cocción al vapor que luego me permita trabajarla en la sartén sin que llegue a sobrecocerse.
Quizás el problema de muchos productos a los que tenemos aversión, no sea su sabor o textura, puede venir de elaboraciones aburridas con las que identificamos una mala experiencia. Para estas coles de Bruselas independiente de los otros complementos, por si solas con el jengibre natural rallado y la pasta de chile, ya tienen un giro asiático con el que disfrutar.
Para dar un poco de consistencia al plato quise añadirle un poco de carne y las salchichas blancas de cerdo le dan bastante jugosidad. Luego llegaron las cebollitas francesas caramelizadas, pensando en algo que en cierta manera pudiese suavizar la presencia de las coles. Con la misma forma redonda tendríamos alternancia y sobre todo, esa salsa funciona de maravilla para unir todo el conjunto, melosidad y sabor un poco dulce que contrasta con los picantes del jengibre y pasta de chile.
No resulta necesario, pero al más puro estilo guarrindongo de Jamie Oliver quise meterle el queso cheddar rallado para hacer la receta más atractiva, algo que también siempre conseguimos al poner un huevo frito coronando el plato. Los huevos ecológicos de Casa Garzea que me habían regalado, con su yema al punto, son el colofón final de una receta, cuanto menos atractiva.
Ingredientes:
12 Coles de Bruselas, 10 Salchichas Blancas de cerdo, 1 saquito de cebollitas francesas, 50grs de mantequilla, 400ml de caldo de carne, 7cl de vino blanco, jengibre natural rallado, 3 ctas de pasta de chile, 50grs de queso cheddar curado, 2 huevos, agua, AOVE y sal.
Comenzaremos pelando las cebollitas y retirando las hojas más verdes de las coles de Bruselas. En una cacerola ponemos a fundir la mantequilla y añadimos las cebollitas, a fuego medio para que no se queme la mantequilla, durante unos 10 minutos las iremos dorando. Luego le añadimos el chorretón de vino, que habiendo subido el fuego a tope dejamos que evapore el alcohol, vertemos el caldo de carne y bajamos a fuego 6/10 durante 40 minutos, hasta que la salsa se convierta en una crema melosa.
Paralelamente habremos hecho las coles de Bruselas al vapor durante diez minutos, transcurrido el tiempo las ponemos en un bowl con agua y hielo para cortar la cocción. Con un par de gotas de aceite doraremos nuestras salchichas y las reservamos a parte para continuar en la misma sartén salteando las coles que habremos escurrido. Cortamos las salchichas a la mitad y las volvemos a poner en la sartén junto con las coles y ahora añadiremos el jengibre rallado y la pasta de chile, salteamos.
Mientras se terminan las cebollitas aprovechamos para rallar el queso cheddar y freír los huevos. Ahora emplatamos agregando las cebollitas, le ponemos el queso para que se funda con el calor, salseamos con el glaseado de las cebollas y rematamos con el huevo frito.
Madre mía qué rico!!!
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