Confieso que no soy un gran consumidor de peras, es una fruta que ni fu ni fa, y tratando de analizar el por qué, concluyo que se debe a mi orígen asturiano. Esto es como ser de los Beatles o los Rolling Stones, un asturiano siempre preferirá la manzana.
Otra de las razones es haber tenido árboles frutales en casa, cualquier parecido con la realidad de una tienda, es pura ficción. Han calado tanto los sabores de manzana, peras, ciruelas, melocotones, higos, membrillo que cosechábamos, que mi cuerpo rechaza los «sucedáneos».
Las peras tienen un contenido superior al 80% en agua y sin duda son muy refrescantes, de hecho combinan muy bien en las ensaladas, haciendo de estas un plato mucho más completo. Al final todo esto es palabrería y lo mejor es dejarse llevar por los gustos personales y los míos sin duda, son etílicos cuando pienso en las peras.
Unas buenas peras al vino tinto o empapadas en otro tipo de alcohol como el Oporto, sidra, o vermut, se convierten en un postre fascinante al que esta vez no renuncio. Ese almíbar que formamos con el vino, azúcar y los aromáticos de una peladura de naranja, clavo y canela, es tan goloso que acaba convirtiéndose en vicio.
No es la primera vez que juego con la peras rellenas, en mi receta de Peras Rellenas en Tempura, las rellenaba con una mezcla de chocolate blanco, leche de coco y té matcha, una auténtica locura que tras someterlas a una rápida tempura, nos dejaba un interior líquido.
Para esta ocasión, con el reciente paso de los carnavales, la palabra Casadielles se repitió tanto que me aportó la idea para un relleno de nuez, ese que en Asturias utilizamos para estas empanadillas fritas típicas del Antroxu o Carnaval.
Excuso deciros que el resultado de esta combinación es sublime y en cierto modo me recuerda al glögg. Un vino caliente y especiado al que me hice adicto durante mi viaje por Suecia, los -15º no son moco de pavo y cruzar los puentes entre los diferentes islotes de Estocolmo, necesitaban dopaje.
Estas peras al vino podemos consumirlas tanto en caliente como en frío y si queremos hacer el postre más contundente, podemos acompañar con un trozo de bizcocho o una bola de helado.
Ingredientes:
6 peras conferencia, 250grs de azúcar, 1L de vino tinto, 1 naranja, 3 clavos, 1 rama de canela, 100grs de nuez pelada, 2cta de postre de azúcar, 1cta de postre de miel y un chorro de anís o absenta.
El primer paso es pelar nuestras peras dejando el rabo y retirando el corazón con un sacabolas para hacer hueco al relleno. Las pondremos en un recipiente y cubriremos con el vino tinto, dejamos que se empapen bien durante doce horas. Funciona muy bien dejándolas toda la noche y continuando la receta al día siguiente.
Para que también se macere en la nevera durante horas, trituramos las nueces con un mortero sin llegar a que sea muy fino, agregamos las dos cucharas de postre y la de miel, mezclamos con un chorrete de absenta y tapamos con papel film.
Al hacerles un hueco favorece que el vino penetre en su interior y se tiñan. Sacamos la peladura de la piel de una naranja procurando no meternos en la parte blanca, junto con el clavo y la canela lo añadimos a la cacerola con las peras y el vino, vertemos el azúcar y dejamos cocer tapado durante media hora.
Una vez cocidas las peras las sacamos a un recipiente para que atemperen y recudan el exceso de líquido. Las rellenamos con la mezcla de nuez y a fuego máximo reduciremos el vino para concentrar los sabores y llevarlo a un punto de almíbar. Ojo, no debemos pasarnos porque si nos excedemos se nos convertirá en un caramelo.
Deja una respuesta