
Lo primero de todo y como podréis ver a continuación el parecido a los originales sería como comparar un huevo con una castaña, eso sí, estos se pueden disfrutar todo el año y durante los meses de verano no tenéis que restringir su consumo.
Soy un gran consumidor de estos bombones, me parece la dosis adecuada para saciar mis instintos chocolateros, amén de lo ricos que están.
En realidad se trata de una versión salada a base de mezcla de quesos, alioli de ajo negro, crema de remolacha y crocanti de almendra.

Todo surgió de esas consultas con la almohada que hago habitualmente y de un sobrante de alioli de ajo negro. Funcionan como aperitivo pero en realidad los pensé como acompañamiento de un plato de pato.

Podría engañaros pero el resultado final no ha sido fácil, la manipulación de las bolitas y su relleno entrañan muchas dificultades por su textura, así que tuve que jugar con el congelador para refrescarlas y poder moldear con mayor facilidad.
Si obviamos las complicaciones, el resultado final es aparente y sobre todo, la combinación de sabores es fantástica.
Para el alioli de ajo negro, podéis ver la receta aquí aunque en esta ocasión utilicé un brazo batidor.
Ingredientes:

Queso crema, rulo de queso de cabra, alioli de ajo negro, crocanti de almendra y crema de remolacha.
Para la crema de remolacha si queréis un sabor puro, tan solo debéis triturar la remolacha cocida con una pizca de sal. Nada de añadir patata, nata, caldo o similares.
Mezclamos los quesos, añadimos el alioli y removemos bien hasta que tengáis una pasta homogénea. El color final dependerá de las cantidades así que podéis tener un chocolate al 90% o uno muy liviano con leche. Meter un rato en el congelador y controlad la textura.

Con ayuda de una cuchara de postre tomamos una parte, hundimos con el dedo, ponemos un poco de la remolacha y cerramos con otro tanto de la mezcla de queso. Redondeamos y pasamos por almendra triturada. Volvemos a meter en el congelador, y rectificamos la forma.



Qué maravilla!
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Muchas gracias 😉
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debe de estar buenísimo ¡¡¡¡¡
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Si, están muy buenos, tienen un sabor suave y para un aperitivo o acompañamiento de otro plato como el que hice de magret de pato, van geniales.
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Pintan de manipulación difícil como dices, pero probablemente vale la pena, seguro que están buenísimos.
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Si, un engorro pero al final acabe utilizando dos cucharillas y meneandolos, una vez que cogen el fruto seco ya va mejor.
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Me gusta, me gusta mucho esta receta, la tengo que proba si o si, gran trabajo y excelente receta, me ha encantado.
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Es sencilla pero engorrosa por la manipulación. La presentación como en el magret, con el papel dorado queda de cine.
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